Partido, liderazgo y pueblo

AD: partido, liderazgo y pueblo
Justo Mendoza

Los clásicos de las ideas políticas –por ejemplo, el español Juan Beneyto Pérez– han sostenido que un partido político es una organización de intermediación entre el pueblo y el Estado. Este concepto genérico presupone que Estado, Partido y Pueblo conceptualmente se circunscriben al no menos clásico concepto de acuerdo al cual ‘la política’ esuna actividad de relación administrativa en tanto que se entiende, o como “la ciencia del gobierno” o “la ciencia del Estado”. Por ello, la función de intermediación asignada al partido político encaja a la perfección en esas teorizaciones que en su momento definieron el papel del partido en la sociedad: una sociedad vinculada y tutoreada por fuerzas económicas y políticas que le daban al Estadoun carácter aplastante y omnímodo como totalidad abstracta representativa de las aspiraciones de estabilidad, seguridad y progreso de la sociedad; más allá de que ese Estado fuera liberal o socialista, democrático o autoritario, civil o pretoriano. El partido político asumió las reglas formales venidas de la conceptualización clásica y encarnó durante mucho tiempo el papel de ente dinámico deempoderamiento a lo que representaba, el pueblo, así como el rol de cambio que como esperanza exudaba la inerme masa popular en cada sociedad. Irónicamente, la relación clásica partido, pueblo y Estado le sirvió de fuerte piso a la ideología que proclamaba la revolución popular redentora de los silenciados y los excluidos: el marxismo, por el vicioso atractivo del Estado como superestructura dedominación y dictadura. Mas, sin embargo, la revulsiva contra el conservadurismo de la política clásica y frente al estatismo autoritario-totalitario marxista vino del revisionismo liberal-marxista, la socialdemocracia, y he allí la razón de Acción Democrática, como construcción ideológico-política.
Fue Acción Democrática una obra política de superación de las disquisiciones escolásticas delconservadurismo liberal y del marxismo doctrinario, ya acartonadas, más aquel que este, cuyo vórtice era la visión nacional y latinoamericana del proceso de liberación, la soberanización endógena del Estado y la construcción de ciudadanía democrática. Esta triada de proyecto de país incorporó al pueblo como razón de ser, objeto y sujeto del partido y constructor esencial de país visionado por losfundadores de AD, relevante entre ellos, su pensador más ilustre, Rómulo Betancourt. La concepción nacional revolucionaria de AD superaba el clasicismo político de la intermediación, concibiendo al Estado como una construcción de la Democracia Popular que preconizaba y al Pueblo como el principal protagonista de la acción política, entendida más allá de la administración gubernativa o como ciencia delEstado, sino como formulación y práctica de Poder. Así, el Partido se concibió como una herramienta de organización del pueblo, es decir, el Partido del Pueblo. Esa visión, necesariamente hegemónica para la Venezuela de la década de los años 40 del siglo pasado, promulgó el empoderamiento popular a través de la participación, concebida ésta como el derecho al voto y a la elección directa,universal y secreta de los gobernantes (que visto desde este ángulo retrospectivo pareciera una propuesta pueril pero que para la época tenía un peso crítico para el sistema indirecto y de “designado” para la renovación del gobierno, cuando no el cuartelazo madrugador de la fuerza armada arbitraria de las décadas previas y posteriores a la fundación de AD), así como la organización de sindicatos ygremios libres, no sumisos a los dictados de las oficinas del régimen de turno y sin dirigentes quince-y-último de las cajas de los Ministerios. Desde la fundación de AD, en 1941, hasta bien entrada la década de los ochenta, el partido se asentó en los liderazgos de base, entendidos como los liderazgos legitimados en gremios, sindicatos, asociaciones de vecinos, centros estudiantiles, colegios...