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PROPUESTA DE UN NUEVO DISEÑO COMPETENCIAL PARA EL FEDERALISMO MEXICANO

Hace un poco más de 175 años, los mexicanos tomamos dos decisiones fundamentales:
Adoptamos el sistema federal y el régimen republicano.

Pocos debates fueron tan determinantes en el pasado; como el que llevo al triunfo del federalismo. Las voces que se levantaron, en pro y en contra tuvieron por igual argumentos sólidosy referencias atendibles: de un lado quienes temían, no sin razón, que el desdibujamiento del centro, herencia del pasado colonial, traería consigo ruptura y dispersión; del otro lado, quienes, con lucidez, y , también con riesgosa audacia, apostaron a la descentralización como el mejor camino para consolidar la aún frágil independencia nacional.

La historia y geografía hicieron su parte. Loque el debate de ideas no pude finiquitar, lo hizo una realidad tan evidente como contrastante: el país era, incluso más que ahora; un mosaico paisajes y culturas, de formas de organización y modos de producción, de necesidades y aspiraciones. Así triunfo la propuesta federalista, por eso la nación de constituyó a partir de una voluntad soberana y solidaria que dispuso reglas para todos. Que anadie excluyeron, ni a nadie privilegiaron.

Pese a ello, es innegable que el nuestro fue un sistema federal en la forma, pero centralizado de facto. Hubo razones para ello: la disyuntiva era reunir o desintegrarse. Ahí esta el ejemplo, lejano en la memoria colectiva, de las regiones que, al norte y al sur, pacífica o violentamente, se escindieron para seguir un camino diferente; ahí esta laamenaza latente, todavía hoy de la reivindicación de una malentendida autonomía.

Desde entonces transformaciones y deformaciones se han sucedido en el esfuerzo por adaptar el modelo federal a una realidad frecuentemente contradictoria: evolución constante, pero también sucesión interminable de legados y rezagos; hazañas y sacrificios, de luces y sombras.

En todo ese tiempo, con mayor o menorintensidad, se ha buscado un federalismo equilibrador, distante tanto del centralismo asfixiante, como del localismo disolvente: un federalismo capaz de renovarse para estar acorde a los cambios del país y que; en su expresión contemporánea, tiene como principal reto reflejar la pluralidad que hoy nos caracteriza. Que debe reasignar recursos y oportunidades entre órdenes de gobierno, es decir, esredistribuir el poder.

No fundir, ni separar, sino articular, habida cuenta de que la patria se construye desde abajo y desde adentro. Nuestra tradición federalista, se inclino, desde temprano, por la concurrencia: la primera Constitución federal, la de 1824, establecía que las leyes expedidas por el Congreso General debían “fomentar la prosperidad del país “, sin por ello impedirle a los estadoshacer lo propio en su régimen interior.

Por su parte, el Constituyente de 1857 previó que las facultades no expresamente concedidas a funcionarios federales por la norma suprema, se entendían reservadas a los estados por ser a través de ellos y de los poderes de la Unión, como el pueblo ejerce su soberanía, disposición que habría que mantenerse en el proyecto de Carranza y en la redacción finalde la carta magna de 1917.
En esa misma línea, sucesivas reformas han dado origen al llamado federalismo cooperativo, que es, en estricto sentido, un federalismo de equilibrio. Ya sea en materia educativa, ambiental, asentamientos humanos o seguridad pública, se ha hecho cada vez más relativo el carácter excluyente de la regla genérica de distribución de competencias. Federación y estadosparticipan así, con sus respectivas leyes, en el ámbito de aplicación que le corresponde, en la regulación de las materias de interés compartido, si bien siempre bajo la supervisión federal.

Con ello se preservaba el diseño original del federalismo mexicano: concurrían y, al hacerlo, se complementaban en acciones de impacto social o mejoramiento económico que, de algún modo o en cierto momento,...