Pascua

Posadas, 24 de Marzo de 2012

Queridos hermanos y hermanas.
Al acercarnos a la semana central de nuestra fe, al misterio de nuestra Redención, no quería dejar pasar la
oportunidad paraescribirlos y así reforzar los lazos de nuestra unidad.
“Les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”
He aquí lo que revalida la condición de Maestro de Jesús. Esta su pedagogíaestablece la diferencia entre otros
maestros, que atan pesadas cargas que ellos no las mueven ni siquiera con el dedo (Mt. 23,4) nuestro Maestro
enseña con su ejemplo!.
Es en el contexto de estaúltima cena donde comienza a despuntar la plenitud de aquello que recordábamos
en la Liturgia de las Horas: “¡Oh Redentor, oh Cristo, Señor del universo, víctima y sacerdote, sacerdote y
cordero!”(Himno Tiempo de Cuaresma. Oficio de Lectura).
En esta noche llegan a su cumplimiento todas las prefiguraciones del sacerdocio en la Antigua Alianza . Cristo al
lavar los pies a sus discípulos, alofrecer los dones, al nombrar a los Apóstoles como sus sucesores, instituye
los grados de participación en su ministerio sacerdotal, estableciendo así el cumplimiento perenne de su
promesa de quedarsecon nosotros siempre, hasta el fin de los tiempos.
Dice el profeta Isaías “…Frente a él cerrarán los reyes la boca, pues lo que nunca se les contó verán, y lo que
nunca oyeron reconocerán”. Ante sueximio ejemplo, ante el Misterio que Jesús revela en el Lignum Crucis
debe callar toda sabiduría humana, toda intención de presunción. Porque es levantado en alto, en esta hora
nona, Aquél que escausa de nuestra salud (Nm.21,9), por cuyas llagas hemos sido sanados y cuyo castigo nos
trae la paz (Is.53,5).
Nuevamente nuestro Dios se nos revela, pero ahora más que nunca nos deja leer entrelíneas su misericordia y
su bondad, en esta página de la historia de la humanidad que se ha convertido por su Palabra, en historia de
Salvación. Él, en la cruz adquirió para el Padre, una raza...