patia

Era maravilloso poder volar y ver los paisajes que rodeaban mi lugar de nacimiento, me sentía feliz de ser quién era. Mientras volabapodía sentir el viento en mi pico, en mis ojos, en todomi cuerpo. Podía sentir como cada una de mis plumas se movían con esa ráfaga de viento que me golpeaba. Esto era algo que yo realmente disfrutaba.Desde esa altura podía ver lo que los humanosllamaban “El lago de Anáhuac”, un hermoso y enorme lago color azul, con un pequeño islote en el centro, además, podía apreciar las montañas cubiertas de unfresco verde que invitaban a viviren ellas.
Mi nombre es Tenoch, soy un águila real y esta es mi historia, la verdadera historia de cómo se fundó lo que ahora llaman “México, Tenochtitlan…
Al mesde qué salí de mi cascarónaprendí a volar y a alimentarme solo, por lo que mi mamá me impulsó a abandonar el nido. Desde muy pequeño me di cuenta de que no me gustaba cazar pequeños animalesindefensos.
Lo que quierocontarles es que siempre he querido hacer algo más, ir mas allá de mis limitaciones.
Un día como cualquier otro desde las alturas observé que una familia de conejos iba corriendodirectohacia una manada de lobos hambrientos, al ver tan dramática situación me dirigí en picada hacia los conejos, pero al verme se asustaron y comenzaron a correr más de prisa, pero yo hábilmentevolélo más rápido que pude en frente de ellos para acarrearlos hacia el otro lado y los pude salvar. En ese momento me di cuenta de que yo podía tener la misión de defender a los más débiles.Losrumores de que yo había salvado ya a varios animales del bosque empezaron a correr, me empecé a hacer de amigos, especialmente de Hutzitzlin el colibrí al que salve de ser la cena de unaserpiente, noshicimos grandes amigos, disfrutábamos de volar juntos, de observar el paisaje y a otras aves pasar, especialmente nos encantaba ver como las aves emigraban al sur en el invierno