Pay de Queso

María Antonieta (primera parte)

La noche del 2 de noviembre de 1755, la emperatriz María Teresa de Habsburgo daba a luz en sus habitaciones del Palacio de Viena, mientras su esposo Francisco I de Austria, duque de Lorena, asistía a la misa en la iglesia de San Agustín. Allí recibió un mensaje sobre el alumbramiento de su esposa. De inmediato, acudió a su lado.
La pareja imperial era muyprolífera. En menos de 20 años de casados tenían cuatro hijos: José, Leopoldo, Carlos y Fernando y siete hijas: María Ana, María Cristina, María Isabel, María Amelia, María Juana, María Josefa y María Carolina.
Los soberanos acostumbraban a darle a todas las Archiduquesas como primer nombre el de María, aunque por lo general se les llamaba por el segundo nombre.
María Teresa había abolido en Vienala antigua tradición que aún estaba vigente en otras monarquías, de que los cortesanos tuviesen acceso a presenciar el parto como si de un espectáculo de circo se tratase.
—¡Eso es horrible! —dijo ella, y exigió privacidad desde su primer embarazo.
El parto fue difícil y no fue hasta las 9:30 de la noche que la Emperatriz dio a luz.
—Es una niña —anunció el Duque—. Y es muy hermosa.
Siempreque María Teresa quedaba embarazada se hacían apuestas por el sexo de la criatura. Esta vez, el conde Dietrichstein había vaticinado que la soberana tendría un varón, pero ella sentía en lo más profundo de su ser que sería una niña, y tuvo extraños presagios acerca de su hija menor.
La pequeña archiduquesa fue bautizada con el nombre de María Antonia Juana de Lorena. Sus padrinos, el rey y la reinade Portugal fueron representados por José II, hermano mayor de la bautizada y por María Ana, otra de sus hermanas.
María Teresa llamaría Antonia a su hija. Serían los franceses quienes le darían el nombre de María Antonieta.
No podía nadie imaginar entonces que esta niña se convertiría en uno de los personajes más importantes de la historia de Francia: en ‘su última reina’ y que tendría uno delos más trágicos finales.
María Antonieta, como la llamaremos desde ahora para evitar confusiones, fue llevada de inmediato a un ala del palacio, reservada para los archiduques y archiduquesas y entregada a una nodriza, quien la amamantaría. Por lo mismo tuvo un hermano de leche, Weber, quien de mayor escribiría sus memorias.
Su madre estaba dedicada a sus deberes de gobierno, mientras su padrese encargaba de la atención de los hijos. Aunque la Emperatriz se hacía informar de todo lo que acontecía en su ‘gallinero’, como llamaba ella a su numerosa prole.
María Teresa tenía un alto sentido del deber como soberana, pero también como madre y esposa. Ella buscaba tiempo libre para estar con su marido y sus hijos, y su familia era armoniosa. La sede educativa de los Archiduques radicabaen el castillo de Schömbrunn, una residencia de caza, situada a 6 kilómetros (casi 4 millas) de Viena, que María Teresa había renovado.
María Antonieta resultó ser una niña alegre y juguetona, bonita y con un poder de seducción excepcional. Inteligente sin llegar a ser sobresaliente, y sin mucha inclinación a los asuntos serios. Le gustaba cantar, bailar y actuar. A los 4 años hizo su primerapresentación en un espectáculo familiar que su madre había preparado en honor al Emperador.
—Tú cantarás coplas —le había dicho la Emperatriz—, mientras José toca el violonchelo, Carlos el violín, Fernando el tambor, y María Cristina y María Ana el piano.
Veladas familiares como esa se repetirían a menudo. En 1762 María Teresa invitó al Hofburg a Wolfgang Amadeus Mozart, el niño prodigio deSalsburgo, quien había compuesto su primera obra a los 5 años.
Los Habsburgo-Lorena escucharon durante tres horas sus bellas interpretaciones.
—Su música es la obra de un genio destinado a la inmortalidad —exclamó la Soberana, impresionada.
Marguerite Jallut y Philippe Huisman citan en Marie-Antoinette, que la familia imperial se mostró muy afable. El padre de Mozart escribió a un amigo: ‘Sus...