Paíto: la constitución de la identidad mediante el diálogo.

Paíto: La constitución de la identidad mediante el diálogo.

Escribe Ilma Valenzuela de Pérez que la historia de Paíto es una historia individual donde se exhibe lo escindido de la condición humana. Es una de las tantas voces de los marginados sociales, que sufre las humillaciones del mundo en el que vive por el falso reconocimiento que se le da como individuo social, como consecuencia de lasacciones del poder de un gobierno mal administrado. El personaje irá en la búsqueda de su identidad y de su superación como individuo.
Geográficamente, Paíto es un niño marginal, nacido en Villa Refugo, ubicada en el último callejón de la misma, cerca de las casas del barrio aristocrático en el que trabajaba su madre. Marginal, porque nace allí, porque la cultura de tal lugar no se asemeja ala del centro, porque crece desprotegido sin los elementos básicos para vivir. Marginal porque es abandonado por su madre y necesita de afiliaciones con otros, para vivir refugiado con su abuelo, su tía y, finalmente, con el turco, quienes lo reciben una vez que se queda solo.
En lo que respecta al campo de la política, también es marginal ya que vive junto a los suyos del asistencialismo delgobierno de turno pero sin que se le ofrezca una solución definitiva a su problema: las consecutivas inundaciones. Éstas son un acontecimiento repetido, que se constituía en parte de lo normal, de lo cotidiano para ellos, que traía consigo costumbres y prácticas también repetidas:

“Y allí quedaban, mantenidos por el gobierno que tenía la obligación, hasta que bajaran las aguas y medio que loshacían volver a la fuerza. Eso no era lindo porque había barro seco por todos lados (…)” (Paíto: 22)

La última inundación, fue tan repentina y fuerte que hizo que lo perdieran todo, por lo que no volvió nunca más a la casa de la costa con su abuelo. Como éste no quiso reubicarse en el lugar que les había cedido el gobierno, se fueron a vivir en El Palomar, en la casa de un amigo que había viajadoa Buenos Aires. Allí también siguió siendo el niño marginal, sin poder establecer intercambios en el diálogo con los niños de su edad. Las fronteras de separación estaban bien definidas:

“(…) pero no querían juntarse con él, que andaba en patas y mugriento (…) Lo miraban nomás y no le decían nada. Tampoco lo invitaban a jugar (…) Por eso se acostumbró a jugar solito, con piedras, conpalitos, con latas, con envases de leche en polvo que le daban a su abuelo los de acción social” (Paíto: 23)

En su nueva semiofera, Paíto sufre el desprecio, la falta de reconocimiento y el rechazo o no aceptación por parte de los otros. Eso le impide instaurar el diálogo con sus semejantes y lo obliga a ubicarse en la periferia, sin posibilidades de aproximarse al centro social. Es excluido delintercambio, por lo que se le dificulta la constitución de su identidad, ya que ésta se concreta en el diálogo, en parte interno y en parte con los demás, pero no en el aislamiento.
“La frontera invita a pasar del otro lado, a su transgresión, a borrar los límites que se sospechan creados artificialmente” (Aínsa: 2002; 36). Paíto ni siquiera intentó cruzar las fronteras que lo separaban de losniños de El Palomar, por lo menos no en esa etapa de su vida. Si bien en su interior comenzaba a reconocer que existían diferencias en las apariencias con los otros, no se quedaría excluido definitivamente y traspasaría esas fronteras porque sabía, también, de sus semejanzas con los demás.
La experiencia discursiva del personaje no se formaría ni desarrollaría en la soledad, sin cruzar las fronteraspara dialogar. El individuo comenzará a discurrir sobre sí mismo y sobre la vida cuando la interacción y comprensión de enunciados ajenos tuviera existencia en la semiosfera que habita. Dice Bajtín que la palabra ajena es necesaria porque aporta su propia expresividad, un tono apreciativo que se elabora, se asimila, se reacentúa por el interlocutor y porque el pensamiento del individuo...