Pedagogia activa
Páginas: 23 (5528 palabras)
Publicado: 4 de diciembre de 2010
Mesa «Educación Secundaria y Trabajo»
El modelo de las competencias en la escuela y en la empresa
Françoise Ropé*
En una sociedad como la francesa, donde el tiempo vivido en la escuela es cada vez mayor y donde la educación y la formación son consideradas no sólo un derecho sino también una necesidad social, el problema de la definición de los contenidos de enseñanza dignos de sertransmitidos a la joven generación reviste una particular importancia. La escuela, como nos lo ha demostrado Pierre Bourdieu, es el lugar donde se ejerce la actividad simbólica que construye las categorías intelectuales y los modos de organización del pensamiento, pero también es el lugar donde la joven generación adquiere principios de operación y de acción sobre el mundo material y social. Nosabocaremos a demostrar aquí que la transmisión de los saberes y del saber hacer en la escuela tiene mucho que ver con lo que ocurre fuera de ella, con lo que J.C. Forquin denomina «los dispositivos cognitivos, culturales y organizacionales que tienen lugar en la sociedad», en particular con el ámbito laboral. Analizaremos las similitudes que pueden observarse entre cierto número de transformacionesproducidas en el campo educativo en materia de currículos y las nuevas formas de organización y de evaluación laborales que se imponen hoy en las empresas y en los organismos públicos. La relación entre la división del trabajo y la distribución diferencial de los saberes ya fue demostrada en su articulación con la orientación escolar y profesional. Hoy nos interesamos por otro aspecto: la elaboración deun modelo pedagógico en términos de competencias en la escuela que compararemos con la aplicación concomitante de la lógica de las competencias en las empresas. La elaboración de un modelo pedagógico en términos de competencias inspiró un conjunto de reformas relativas a la definición de los contenidos de enseñanza, a su transmisión y evaluación, desde la enseñanza primaria hasta los últimos añosde la enseñanza secundaria. Durante las dos últimas décadas, los contenidos y las prácticas de enseñanza se transformaron en una cuestión política y social en un contexto marcado a su vez por la prolongación de la escolarización primaria y secundaria, y por la disminución del empleo, sobre todo para los jóvenes. Es así como los diferentes planes de estudio u orientaciones de enseñanza secundariageneral, tecnológica y profesional se ajustan de manera recurrente a finalidades contradictorias: transmitir conocimientos y una cultura, y responder a los imperativos de un mercado de trabajo. La ley de orientación Jospin de 19891 prescribe conducir el 100% de una clase de edad al nivel V de calificación, es decir al nivel de la calificación obrera obtenida por el Certificado de AptitudProfesional (CAP) o Certificado de Estudios Profesionales (BEP, sigla en francés). Al fijar la «calificación» mínima que se obtendrá en una sociedad y en un momento determinados, al nivel V, se produce un desplazamiento del orden escolar de las calificaciones requeridas en el mercado laboral, de modo tal que la preocupación por el empleo se ubica en el centro del sistema educativo.
* Doctora en Cienciasde la Educación, Universidad de Paris V René Descartes. Decana de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas y Sociales, miembro del Consejo Nacional de Universidades, Francia. 1 Ley n° 89.486 del 10 junio de 1989.
Serie «Encuentros y Seminarios»
41
«Desafíos de la Educación Secundaria en Francia y en los países del Cono Sur»
Paralelamente a estos cambios instrumentados en el sistemaescolar, la formación se fue afirmando como una actividad central en las empresas. Presentada como un instrumento que permite acrecentar la productividad mediante una mejor adaptación de los asalariados a los cambios técnicos y organizacionales, la formación pasó a ser, en ciertas grandes empresas, no sólo un derecho sino un deber de los asalariados preocupados por conservar su empleo y...
El modelo de las competencias en la escuela y en la empresa
Françoise Ropé*
En una sociedad como la francesa, donde el tiempo vivido en la escuela es cada vez mayor y donde la educación y la formación son consideradas no sólo un derecho sino también una necesidad social, el problema de la definición de los contenidos de enseñanza dignos de sertransmitidos a la joven generación reviste una particular importancia. La escuela, como nos lo ha demostrado Pierre Bourdieu, es el lugar donde se ejerce la actividad simbólica que construye las categorías intelectuales y los modos de organización del pensamiento, pero también es el lugar donde la joven generación adquiere principios de operación y de acción sobre el mundo material y social. Nosabocaremos a demostrar aquí que la transmisión de los saberes y del saber hacer en la escuela tiene mucho que ver con lo que ocurre fuera de ella, con lo que J.C. Forquin denomina «los dispositivos cognitivos, culturales y organizacionales que tienen lugar en la sociedad», en particular con el ámbito laboral. Analizaremos las similitudes que pueden observarse entre cierto número de transformacionesproducidas en el campo educativo en materia de currículos y las nuevas formas de organización y de evaluación laborales que se imponen hoy en las empresas y en los organismos públicos. La relación entre la división del trabajo y la distribución diferencial de los saberes ya fue demostrada en su articulación con la orientación escolar y profesional. Hoy nos interesamos por otro aspecto: la elaboración deun modelo pedagógico en términos de competencias en la escuela que compararemos con la aplicación concomitante de la lógica de las competencias en las empresas. La elaboración de un modelo pedagógico en términos de competencias inspiró un conjunto de reformas relativas a la definición de los contenidos de enseñanza, a su transmisión y evaluación, desde la enseñanza primaria hasta los últimos añosde la enseñanza secundaria. Durante las dos últimas décadas, los contenidos y las prácticas de enseñanza se transformaron en una cuestión política y social en un contexto marcado a su vez por la prolongación de la escolarización primaria y secundaria, y por la disminución del empleo, sobre todo para los jóvenes. Es así como los diferentes planes de estudio u orientaciones de enseñanza secundariageneral, tecnológica y profesional se ajustan de manera recurrente a finalidades contradictorias: transmitir conocimientos y una cultura, y responder a los imperativos de un mercado de trabajo. La ley de orientación Jospin de 19891 prescribe conducir el 100% de una clase de edad al nivel V de calificación, es decir al nivel de la calificación obrera obtenida por el Certificado de AptitudProfesional (CAP) o Certificado de Estudios Profesionales (BEP, sigla en francés). Al fijar la «calificación» mínima que se obtendrá en una sociedad y en un momento determinados, al nivel V, se produce un desplazamiento del orden escolar de las calificaciones requeridas en el mercado laboral, de modo tal que la preocupación por el empleo se ubica en el centro del sistema educativo.
* Doctora en Cienciasde la Educación, Universidad de Paris V René Descartes. Decana de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas y Sociales, miembro del Consejo Nacional de Universidades, Francia. 1 Ley n° 89.486 del 10 junio de 1989.
Serie «Encuentros y Seminarios»
41
«Desafíos de la Educación Secundaria en Francia y en los países del Cono Sur»
Paralelamente a estos cambios instrumentados en el sistemaescolar, la formación se fue afirmando como una actividad central en las empresas. Presentada como un instrumento que permite acrecentar la productividad mediante una mejor adaptación de los asalariados a los cambios técnicos y organizacionales, la formación pasó a ser, en ciertas grandes empresas, no sólo un derecho sino un deber de los asalariados preocupados por conservar su empleo y...
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