pedagogia
Miguel Ángel Dávila Sosa
A la memoria de Adrian, Diana y Carlos
En estos tiempos de nuestro mundo posmoderno o tardío, en estos días de pasar del cinco para las doce (por el trabajo claro está) a la calma de los puentes y vacaciones, me dediqué a encontrarle al ejercicio, el otro lado de la cara. Desde luego que no escribiré enfatizando que la bradicardia (estado delcorazón que refleja un grado de entrenabilidad, a través de la cual se requiere menos esfuerzo cardiaco para lograr el mismo rendimiento en reposo), es de gran ayuda para lograr estados óptimos del corazón a la hora de rendir; por cierto dicen que Amstrong (el ciclista fenómeno) en reposo tiene una frecuencia cardiaca de 35 pulsaciones por minuto, con lo que se refuerza la idea de estimular al aparatocardiovascular para mejorar otra funciones también vitales para nuestros organismos. Tampoco comentaré que el O2 viaja de mejor manera a todos los músculos cuando corres, o que regresas a tu peso ideal con sólo correr tres veces a la semana, además de cuidar tu dieta, claro está. Se sabe que al inhalar el aire pasa el oxígeno por los pulmones a la sangre arterial llegando a todas las células paraparticipar y permitir el metabolismo celular. La célula recibe el oxígeno o combustible para su función o metabolismo y elimina como desecho el anhídrido carbónico que por la sangre venosa llega al pulmón, en donde es eliminado por la espiración. El colesterol baja a sus niveles óptimos y con ello reduces el riesgo de un infarto al miocardio, mucho menos enfatizaré acerca de la mayor circulaciónde la sangre a nivel cerebral, con lo que mejoran los procesos del pensamiento.
No, ahora he pensado en explicar al ejercicio (mediante la carrera) desde otra visión, desde la visión de lo más interno de nuestro ser, me refiero al pensamiento, a la reflexión, al encuentro con uno mismo y sus propias competencias motrices cuando decides correr, flotar o tal vez ganarle a la tierra por unasmilésimas de segundo la fuerza de gravedad y desprenderte de ella para volver a caer e impulsarte casi perfectamente hacia un nuevo paso. Correr me permitió ingresar a mí mismo por una puerta que tal vez no había podido entender, porque tal vez lo había hecho por las causas mencionadas arriba, pero nunca lo había realizado por estas otras.
Al trotar te encuentras también con una serie de pensamientos yreflexiones sobre tu cuerpo, lo interiorizas al grado de escucharte por dentro, tu respiración, tus latidos, tus pasos, tu aliento y tus ganas las puedes sentir y proyectarlas hacia el frente, sientes tus rodillas y tobillos como nunca los habías sentido, y descubres que ese momento del día (que ojala y fuera siempre el mismo), puede ser el momento para tu cuerpo, el momento para el encuentro conél si desprenderte de tus órganos, aparatos y sistemas, ni de tus huesos, ligamentos y músculos. Tal vez sea como una especie de meditación en acción, de pensamiento y movimiento al mismo tiempo.
Las endorfinas son hormonas que se activan con el ejercicio y entonces viene la alegría, el placer y el buen humor, las relaciones humanas son diferentes cuando conoces mejor tu cuerpo, ese sentimientojovial aparece como una droga que el propio cuerpo produce y te haces adicto a ti (ojo sin caer en la vigorexia, que ya es un trastorno aparte), te haces un poco más amable y tolerante ante los demás, mejoras el sueño, tus metas parecen estar mucho más a tu alcance porque te vuelves menos soñador y más realista. En una palabra diremos que mejora la calidad de vida, porque te integras más a ti mismo.Y qué decir de la creatividad, al conocer mejor tu cuerpo, tu capacidad de crear se hace más aguda, respondes de mejor y rápida manera a las posibilidades que te imponen tus seres queridos y personas con las que convives durante el día. Correr es mirar mejor lo que dicen nuestros pensamientos, nuestras ideas y sobre todo nuestros deseos.
Se dice que las ondas cerebrales se clasifican de...
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