Pedro Páramo

Universidad de Cuenca
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Escuela de Lengua, Literatura y Lenguajes Audiovisuales
Seminario Interdisciplinario
Sexto Ciclo
ElizabethFigueroa González
Metauniverso sin origen, ni fin
En su cuento, “Pierre Menard, autor del Quijote”, Jorge Luis Borges discurre un escritor tan vanguardista que hasta sueña con una empresa que hoyllamaríamos posmoderna. La ironía borgiana, sin duda, juega con la intensión de Menard de reescribir el Quijote para adaptarlo a una versión contemporánea que posteriormente será destruida. Como se notará, elnarrador del cuento sólo nos ofrece en forma de moraleja una explicación melancólica para la justificación de esa destrucción: “No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil… En laliteratura esa caducidad final es aún más notoria”. En consecuencia, se puede evidenciar que el narrador es el alter ego del propio autor.
Lo que me llama la atención no es la causa de que Menard intente sudescabellada empresa, ni por qué quema las únicas pruebas de su inmortalidad, sino que la reescritura conlleva a una “creación” ficticia. En primer lugar, la empresa de Menard es irónica, segúnBorges. Él no la considera como creación romántica autoconsciente, pues en él no surge, en la misma medida, la inspiración significativa que le ocurrió a Cervantes. Borges calcula la inspiración en cero.“No quería componer otro Quijote, sino el Quijote”.
Es decir que la renovación de las obras históricas, este “atesorar” antiguos y ajenos pensamientos conlleva a un análisis reflexivo sobre los papelesantagónicos que juegan las reescrituras. Por consiguiente, ¿esta transcripción o renovación resulta entonces, un libro ficticio escrito por un autor ficticio para unos “segundos lectores” o lectoresficticios? Todo esto me sugiere que la reescritura y la potenciación de la memoria no sólo son ejercicios reconstructivos sino que se sumergen en la disolución de la “causa” y el “efecto” en el...