Pedro Prado: "Somera Iniciación Al Jelsé"

Páginas: 7 (1544 palabras) Publicado: 21 de noviembre de 2012
SOMERA INICIACIÓN A L “JELSE’ (*)
Señores: el Hermaoo Errante no ha venido. Como Uds. pueden haberlo notado, s u inasistencia nos tenía sobre ascuas. Mas, por mi parte, declararé, para ser sincero, que me alegro d e no ver entre nosotros su cuerpo pequeño y enjuto, sus ojos hundidos e inquisidores, y sus enormes y desgreñadas barbas grises, en las que no es raro ver prendidas pajillas de trigo,pequeñas plumas y pelusas de los campos. S u presencia perturba, pues hace sonreir y pensar a la vez. sus maneras no son suficientemente finas para presentarió en sociedad. Vagabundo incansable, durmiendo en graneros, tabernas, chozas de campesinos y pescadores y, de vez en cuand o , en mansiones ‘de exéntricos potentados, mezcla los más heterogéneos comportamientos. Agregad su ingénito orgullo,que confina, a veces, con la petulancia; su innegable sabiduría, pero que resbala hacia una dpreteiiciosa obscuridad; y luego, su sonrisa porfiada, que no abandona un instante, hasta que termina por ser como una espina para quien la ve. Ignoro qué cosa haya escrito en las cuartillas que me envía. N o pueden calcular Uds. la inquietud que experimento al em prender su lectura.

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a y o no estarépresente cuando mis pensamientos se alcen

(*) Trabajo lefdo en la Biblioteca Naciona1,‘en la Primera Velada de *LOS DiezB.

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PEDRO PRADO

entre v9sotros. Me complace el saber que voy a estar a la vez tan cerca y tan distante, porque es seguro que a la hora en que escuchéis mis palabras, yo iré por un camino solitario que bordea el mar a gran altura, sobre lomas desiertas yestériles batidas por el viento, pasado ya el Último fulgor del día; a esa hora en que comienza a estrecharse el horizonte y a crecer el espíritu, hasta que llega el momento de la noche impenetrable, en que parece que el mundo es nuestro propio ser. Fatigado de la visión de tantos extraños países, después d e haber recorrido todos los innumerables caminos de la tierra, un tanto confuso en mis costumbrespor amalgamar maneras de ser de todas las razas del orbe; conocedor de hechos peregrinos que no tienen correspondencia con vuestra modalidad de espíritu, me encuentro turbado a fuerza de tante inútil sabiduría y de tanta Lmprescindible e inoportuna experiencia. Quisiera hablaros en un lenguaje familiar, y que mi voz sonara para vosotros como el acento de un abuelo; pero adivino .la inutilidad demis esfuerzos, Porque es peligrosa conversación la de un discurso; en ella uno solo habla, y aquél que habla ignora si los demás escuchan, y si los que escuchan entienden, y si los que entienden pueden responder. Cuando conversamos con una persona determinada, vemos por adecuar a ella nuestras expresiones; cuando hablamos ante una gran concurrencia, nos dirigimos a un término medio imaginario. U heaquí que con este sistema siempre habrá algunos que, después de oirnos, digan: ¡qué vulgaridad! en cambio, otros exclamarán: ¡no hemos comprendido bien! sólo obtendremos que una persona quede satisfecha; pero esa persona, desgraciadamente, no tiene para nosotros interés algmo. Difícil empresa es la de tratar ante u n gran auditorio de cosas del espíritu, y descabellada tarea la de referirse anuestro libro y su culto a la belleza. Perdoriad, entonces, si, en busca de la libertad necesaria, me dirijo a mí mismo mis propias expresiones y supongo que, sentado en la falda de una barranca, a la caída de la tarde, bajo la rosada y cambiante luz de los arreboles, contemplo los fatiga-

LOS DIEZ

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dos campos de labranza y las fabriles y lejanas ciudades, en esos momentos de hermosasoledad y de sabia inconciencia en que nuestras meditaciones son tan poderosas que nos hacen hablar en voz alta. Si los labriegos, al hombro azadas y guadañas de regreso de sus labores, pasan en este instante por mi lado, me tomarán por #borrachoo por loco; pero como sólo me oyen los arbustos que gimeri con el viento vespertino y los pájaros que cantan sus incomprensibles canciones, yo y ellos per....
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