Pedro y Juan
Cierto, cierto iba a lafarmacia a buscar tus medicinas, era un hombre de gran corazón un pensamiento brusco pero entro en el alma de Pedro, puesto que me conoció primero, ¿Por qué dejo toda su fortuna a mi hermano y nada a mi?Pedro se dirigió a la casa de Marowsko, el viejo farmacéuticolo reconoció.
-¿y qué? - preguntó el doctor – Tras un largo silencio Marowsko preguntó si Juan había entrado en posesión de su fortuna.Su afecto suspicaz por Pedro se revelaba contra esa preferencia ahora ya no le cavia duda que el viejo pensaba “no debió usted permitir que aceptara esa herencia que dará motivo a que hable mal de sumadre” incluso creía, quizá que Juan era hijo de Maréchal ¿Por qué dejo Maréchal a Juan? Se preguntaba, no eran los celos, no era la envidia, si no el terror de algo espantoso que Juan, su hermano,era hijo de aquel hombre.
Y de pronto un recuerdo exacto y terrible cruzo la memoria de Pedro. Maréchal había sido rubio como Juan, recordaba un retrato en miniatura que había visto tiempo atrás enParís, quizá su madre lo había guardado en aquel cajón secreto donde se guardan las reliquias de amor. Estoy loco, pensó, sospecho de mi madre ¡Su madre! Como puedo sospechar de ella, después de verlay conocerla, como no juzgarla y reprochable ¡y era él, su hijo el que había dudado de ella! ¡Oh! ¡Como la hubiese besado, arrodillado ante ella para pedirle perdón!; no podía decir a Juan que no...
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