Peligro de las plantas nucleares

Páginas: 8 (1824 palabras) Publicado: 2 de julio de 2011
Fukushima supera los niveles radiactivos de Chernobyl

El gobierno de Japón elevó de cinco a siete el nivel de gravedad en las instalaciones nucleares dañadas y destruidas en Fukushima, utilizando el arbitrario dictamen INES (Escala Internacional de Incidentes Nucleares) para medir la gravedad radiológica. Las contradicciones y omisiones oficiales sobre el desastre nuclear japonés nospermitieron indagar el real impacto de los reactores que se hallan en vías de fusión o literalmente colapsados; en notas anteriores anunciábamos que las emisiones radiactivas de Fukushima superaban holgadamente a las de Chernobyl. ¿Nos adelantamos a la decisión oficial que ahora se hizo pública? El síndrome de la evacuación, del gran éxodo, pende sobre un pueblo que ha comenzado a perder su territorio yaparece la pregunta ¿adónde?

¿Quo vadis Japón?

Cómo fue posible semejante desgracia si los señores del saber nuclear habían ponderado la calidad de las centrales atómicas de Japón, capaces de resistir terremotos de magnitud nueve en la escala de Richter, al mismo tiempo que culpaban a los profesionales locales de no haber sabido predecir un tsunami tan devastador, como si la culpa fuera deolas de quince metros cuando se esperaban algunas de un tamaño muy inferior. En esta correlación, no explicaban que las piscinas refrigerantes de desechos nucleares (combustible nuclear gastado que debe enfriarse por 25 ó más años), se habían agrietado debido al movimiento sísmico y no por el maremoto posterior, y que los tambores conteniendo los desechos radiactivos de alta actividad, ubicados eninstalaciones contiguas, nunca fueron mencionados ni se aludía a su peligrosidad, ni donde se hallaban o en que estado habían quedado después de la violenta ola que los sacudió y revolvió brutalmente como si fueran hojas de papel; residuos que permanecerán activos por cientos de miles de años -hay que recordarlo- y que aún el hombre no ha procedido a aislarlos de manera definitiva. (Esperamosconocer el destino de esos recipientes deletéreos o el estado en que se hallan después del cataclismo). Mientras tanto las imágenes develaban la verdad disimulada en innumerables contradicciones entre técnicos, especialistas y gobiernos de distintas latitudes que sentenciaban la gravedad de Fukushima.

La seguridad de las centrales japonesas -en plena tragedia- era única en su género, fuediseñada para soportar terremotos inimaginables, advertían sesudos peritos, en el mismo instante en que, en el teatro de los sucesos, comenzaba la trama heroica de un grupo de técnicos que se inmolaba para salvar a sus congéneres, intentando enfriar, cubrir y acorazar a un reactor fusionado, tarea que resultó insuficiente. La proximidad del mar habilitaba el uso del agua, destructora de los metales delreactor, en último recurso para reducir la temperatura del núcleo averiado, a pesar de que aún se lo anunciaba como medianamente en estado de fusión, urdiendo de ese modo una de las mayores mentiras de la historia nuclear.
Menos mal que pasó en Japón, repetían insistentes las cadenas internacionales de noticias, ignorando acaso que esa misma isla había padecido decenas de fugas radiactivas de granintensidad, sin fenómenos de terremotos o tsunamis a la vista, pero con la presencia -en un pasado reciente- de miles de manifestantes exigiendo el cierre de las centrales. Japón, al igual que los barones nucleares de occidente, acudió a la indecencia discursiva para afirmar que “aquí no pasa nada que no esté controlado”.

Fukushima permite elaborar una lista interminable de falsedades, engañosdigitados por funcionarios, técnicos y expertos que minimizaban la tragedia convirtiendo al holocausto nuclear japonés en un genocidio justificado por una inconcebible adversidad. Fue la adversidad, proclamaron.

La misma hipocresía cientificista, capaz de afirmar que sólo treinta y cinco fueron los muertos de Chernobyl, deambula por los medios informativos en países de distinto signo: que...
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