pena de muerte

Personalmente, estoy en contra de la pena de muerte. Considero que al aplicarla, el mismo Estado estaría incurriendo en un delito; no debería imitar las acciones de los condenados, sino ser losuficientemente capaz de corregir esos comportamientos. De todas formas, de ninguna forma se podrá enmendar el daño causado y por otro lado, se estaría creando un círculo de violencia en el momento en elque el Estado asesina a una persona, en lugar de disminuirla. Así mismo, impide la rehabilitación y el arrepentimiento del condenado y atenta contra la vida y la dignidad humana.

Un puntoimportante, que es necesario recalcar, es el hecho de que se condene a inocentes y en consecuencia se ejecute a una persona por error; la irreversibilidad del acto lo hace irreparable, tanto para el sujeto,como para las familias.
En cuanto a su utilidad social, no está demostrado si realmente cumple con una función de prevención ni de intimidación para aquellos potencialmente pretenden cometer delitosque se condenen con la pena de muerte, o que los índices de criminalidad disminuyan, ya que están dando el ejemplo de privar de la vida a una persona y, por ende, se podría incrementar.

Desde elpunto de vista religioso, se resume en esta cita del Papa Juan Pablo II en Enero de 1999: “la pena de muerte es cruel e innecesaria y los seguidores de Cristo deben defender incondicionalmente elderecho a la vida”.

Creo que la dignidad del individuo se ve altamente afectada por esta pena, y no digo que por la cadena perpetua sea todo lo contrario, pero se considera que esta es la forma másextrema de tortura; y para eso cito un párrafo de un artículo de Amnistía Internacional: “…la ONU han reconocido que algunos aspectos del uso de la pena de muerte constituyen tratos o penas crueles,inhumanos o degradantes, particularmente en relación con las condiciones de reclusión de los condenados a muerte, la angustia de estar condenados, la amenaza constante de ejecución y el secreto que rodea...