Penal

INAPLAZABLE LEGISLACIÓN PUNITIVA
La legislación destinada a penalizar con la severidad indispensable el delito del narcotráfico empieza a tejerse minuciosamente en el Congreso, puntada tras puntada, tomando pie en la iniciativa del Gobierno. La ilusión de que se aprobara sin examen ni debate, a pupitrazos y como mero gesto de confianza, partía del desconocimiento de la índole de las Cámaras ydel arte de legislar. A riguroso escrutinio habría de someterse el proyecto original y, probablemente, a enmiendas, adiciones y supresiones. No para repetir el ardid dilatorio de Penélope sino para ilustrarse en la discusión, llenarse de razones y desembocar colectivamente en el acierto.

Sobre los cuerpos representativos, dada su naturaleza, influye mucho el ambiente, o, dicho con mayorexactitud, el rumbo predominante de la opinión pública. En la presente oportunidad lo caracteriza, a ojos vista, la clara conciencia de la necesidad impostergable de combatir el narcotráfico en sus diversos flancos y de librarse de su oprobioso estigma. El único riesgo es el de que la propuesta gubernamental se debilite en vez de perfeccionarse, hasta el extremo de dejar resquicios a la impunidad.
A tresobjetivos fundamentales se apunta: la penalización adecuada del delito, la abolición de su capacidad de constitiuir fuente legitimada de enriquecimiento y la permisividad con el manejo interno o externo de sus cuantiosos recursos. Transnacional como es, su tratamiento requiere normas y conductas a tono con esta circunstancia, pero no excusa a los países de tomar drásticas y efectivas providenciasdentro de su jurisdicción.
* * * * * Las resonantes batallas de Colombia contra sus acciones criminales han sido empañadas por impropiedades de la legislación, por precariedad de las penas y laxitud anterior del régimen carcelario. Sumada a tales insoslayables deficiencias la prohibición constitucional de la extradición, se dio pretexto para calificar a Colombia de santuario o refugio dedelincuentes internacionales y para infamarla con el título de narco-democracia.
El presidente Samper, en su discurso ante la ONU, tuvo el buen cuidado de notificar que de ningún modo su patria representaría en el mundo este ignominioso papel. Con lo cual definió oficialmente un criterio y trazó un derrotero de gobierno coincidente con el actual sentimiento de la opinión nacional.
Los pueblos tambiénoscilan. La corriente de indiferencia o tolerancia con el narcotráfico, en la cual no faltaba la tesis de la legalización de los estupefacientes, ha sido sofocada y derrotada por la de su erradicación y por la de sancionar sin contemplaciones a los protagonistas, agentes y colaboradores del ilícito negocio.
Véase, si no, la evolución respecto de la suerte de los bienes habidos a su amparo. Deconsiderarlos intocables, se ha pasado a la idea obvia de declarar la extinción de su dominio. Por su grave y corrosivo efecto de demostración, lindaba con el escándalo la intangibilidad de las riquezas obtenidas en el aprovechamiento de lo inmoral y criminal, abiertamente atentatorio de la salud de la humanidad. Ninguna discrepancia parece haber sobre tan delicada materia.
La graduación de las penasse ha prestado a controversias y maliciosas conjeturas. Obviamente resulta absurdo cualquier intento de resolver por ley procesos judiciales. Lo indicado e ineludible es que concluyan sin interferencias. Sentada esta premisa, desaparece el escollo para ponerse de acuerdo en la intensidad de las sanciones, de acuerdo con la gravedad del delito.
Siempre ha habido grados de culpabilidad y, porconsiguiente, de penalidad. Tratándose ahora de hacer compatible a ésta con los cánones internacionales, el propósito ha de ser fortalecerla y no menguarla. Sin pretender medir por ello a todos los infractores con el mismo rasero.
El Gobierno ha precisado, a través de sus ministros, su pensamiento sobre el tema vidrioso de la extradición. Lo primero es aclarar que ella solamente se plantea por...