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los fines penales teóricos, postulados a priori, sino—según un método rigurosambnte empírico, sobre los resultados de la estadística, acaso antes y después de la producción de nuevos hechos punibles—las exiieriencias de los Directores de prisión, las investigaciones psicológicas, metóclicas, sobre las causas y vicisitudes de la criminalidad, etc.
Existe — añade — unaC’riminología pragmática, que es «ciencia del crimen como fenómeno empírico, psicológico y sociológico, despojado de todo prejuicio religioso, convencionalismo ético y ficción jurídica». El punto de vista pragmático, en Criminología, consiste en no ver al crimen como hecho de infracción, sino cómo fenómeno de producción, sometido a las leyes psicológicas generales de iroducción y desenvolvimiento de losfenómenos psiquicos activos, o voluntarios, y a las leyes sociológicas generales de eficacia o trascendencia, en la fenornenologia social activa o económica; esto es, como simple fenómeno, individ mini o social, valorable sólo utilitariamente en vista de sus resultados.
También existe — concluye — la Penología pragmática. «Así como en Endogenia, la voluntad no es niás que uno de los factores deldelito —ponencia individual en el acuerdo de las causas psíquicas — así la Exogenia pragmática nos muestra que el éxito (delito) es, solamente, uno de los factores del resultado, de sus múltiples sociales factores. Ese resultado es lo único de eficacia antisocial verdadera que interesa a la Penología, corno ciencia social. Previniéndole y reprimiéndole, policial y civilmente, la Fonología pragmáticano tendrá ya en cuenta el delito o éxito sino cbmo un puro punto de refefencia explicativa, en el estudio de los focos causales. Así llegaríamos a concebir una Fenologia comprensiva—no reactiva, corno ahora—- que, sin perderle de vista, menosprecia el delito, rompiendo con el viejo fetiquismo del crimen, razón del «fetiquismo de la pena». Y lejos de ser una ciencia de las
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consecuencias jurídicas del cielito», esto es, de las penas (von Liszt), significaría el propósito de otra ciencia de la previsión contra los resultados del delito.
El desarrollo de este último punto — el de la Penología pragmática — ha sido relegado por Saldaña para otra Conferencia próxima.
Esta es, en síntesis, la doctrina del sabio colega de la Universidad Central. Yreflexionando sobre ella, entendemos que comprende una serie de verdades dignas de ser bien acogidas y cultivadas, junto a algunas afirmaciones menos exactas, que seguramente irá depurando la crítica
Así, no debe vacilarse en reconocer que la función penal ha de proponerse fundamentalmente la eficacia en la defensa social contra el delito. También es obligado pensar hoy que la experiencia de losresultados obtenidos debe ser la, piedra de toque del legislador; en forma tal, que toda institución—pena o medida de seguridad —que en la práctica no intimide, corrija o innocuice (según demostraciones estadísticas) sea rechazada. Por consiguiente, el pragmatismo, desde este punto de vista, inipónese como verdad incuestionable, a la cual hemos de reconocer el más alto precio, pues con razón ha dichoDuguit que «el valor de una teoría depende de la medida en que sea una síntesis de hechos reales» y precisamente con estos hechos quiere formar su cuerpo aquél. Tampoco parece discutible, por otra parte, que la pena debe ser cierta como idea, eficaz corno acción y provechosa por sus resultados. hasta aqui nada hay que objetar, según creernos.
No puedo, sin embargo, sustraerme a ciertas dudasrespacto a la conveniencia de llevar el pragmatismo al campo del delito. La idea de una Penología pragmática es clara, sugestiva, fecunda; la de una Griminología pro cmática no me lo parece tanto. Mientras sólo se diga que el punto de vista pragmático, en Criminologia, consiste
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en ver el delito «corno un fenómeno de producción y no...