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enario.Casi inconscientemente, comencé a marcar el ritmo con los pies. Realmente eran muy buenas. Aquella noche era viernes, día de micrófono abierto y uno, posiblemente, el más ajetreado de la semana, donde Joe buscaba nuevas estrellas, ya que necesitaba un cantante para cada día de la semana (o eso decía el) y eramos muy pocos:
Yo, como batería; Karina y Maryse, las gemelas sudafricanas que ahoraestaban haciendo los coros; Erick, el emo y callado DJ y por ultimo la pareja de bailarines, Merichell y Karl, quienes ademas de ser el principal cuerpo de baile, diseñaban todas las coreografías. Por tanto faltaban un o una guitarrista, 4 cantantes y otro bailarín. Pero por encima de todos nosotros estaba Red Joe, el dueño y nuestro jefe, con su aspecto de pirata y sus ojos verdes, sus profundasarrugas salpicadas de pecas y aquel pelo color zanahoria, quien cuidaba de nosotros y nos guiaba como un abuelo cariñoso.
-¡Vaya, vaya, chicos, mirad quien ha decidido volver al nido! ¡Nathaniel! Venga hijo, ves a cambiarte que te toca actuar esta noche -
- Hola, a ti también, viejo pirata – bromeé -¿Y esa sonrisa? ¿Quien se ha muerto? - Pregunté, intrigado, pues hacía bastante tiempo que no loveía tan feliz 
-¿Sabes cuántos candidatos tenemos para esta tarde, pequeño? ¡Siete! ¡Y de los buenos!
Aún con mi pelirrojo en la cabeza, cambié mi camisa por un suéter negro, de cuello en V, unos vaqueros rotos y unas botas negras con tachuelas. Mientras me ponía el colgante, un nudo celta, oí como la gente iba entrando al local, me peiné tan rápido como pude, y salí del baño corriendo para llegara la barra y ponerme el delantal.
Mientras le tomaba nota a una chica que no paraba de tirarme los tejos, eché un vistazo rápido a los aspirantes, pero, cuál fue mi sorpresa al ver a Castiel, con una camisa negra y abierta, entre ellos.

CAP 4
Un gato entre las sombras, segunda parte.
(narra Nath)
Estaba absolutamente paralizado, mis piernas no respondían, gotas de sudor frío comenzaron arecorrer mi espalda.
En aquel momento tenia 3 opciones:
a) Ir y hablar con el , arriesgándome a que contara a todos mi vida secreta
b) Hacer como que pasaba por allí por casualidad y hablar con él
c) Esconderme en el baño temblando como un niño pequeño durante toda la noche.
Decidido. A correr se ha dicho. Pero el universo me odia y a la gravedad le caigo mal, así que cuando iba hacia el baño,tropecé con una silla y acabé rodando por el suelo. No me hacia falta levantar la cabeza para saber de quien eran los pies que tenia delante. Reconocería esas botas militares negras en cualquier sitio. - ¿Nathaniel? ¡¿Que carajo haces aquí?! -
Oh, mierda, mierda, MIERDA!! -Hola a ti también, pelirrojo. Yo ya me iba – suspire, rezando a todos los dioses conocidos que no me pillara.
-¡Eh,...