pensamiento filosofico
estoicismo
es uno de los movimientos filosóficos que, dentro del periodo
helenístico
, adquirió
mayor importancia y difusión. Fundado por
Zenón de Citio
en el
301 a. C.
, adquirió gran difusión por
todo el mundo grecorromano, gozando de especial popularidad entre las élites romanas. Su período de preeminencia va del siglo III a. C. hasta finales del siglo II d. C. Tras esto, dio signos de
agotamiento que coincidieron con la descomposición social del
alto Imperio romano
y el auge del
cristianismo.
Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a
las comodidades materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de
la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad o ataraxia
). Asumiendo una concepción
materialista de la naturaleza, siguieron a
Heráclito
en la creencia de que la sustancia primera se halla
en el fuego y en la veneración del logos, que identificaban con la energía, la ley, la razón y la
providencia encontradas en la naturaleza. La razón de los hombres se consideraba también parte integrante del logos divino e inmortal. La doctrina estoica que consideraba esencial cada persona
como miembro de una familia universal ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y
preparar el camino para la propagación de una religión universal. La doctrina estoica de la ley natural,
que convierte la naturaleza humana en norma para evaluar las leyes e instituciones sociales, tuvo mucha influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente. Además tuvo importancia
en corrientes y filósofos posteriores como
Descartes
y
Kant
.
En el campo de la lógica desarrollaron la lógica inductiva. Dividieron la lógica en Retórica (ciencia del
recto decir) y Dialéctica.
En el campo de la física retornaron a la filosofía de
Heráclito
: todo está sometido al cambio, al movimiento. La física, según el estoicismo, es el estudio de la naturaleza tanto del mundo físico en su
totalidad como de cada uno de los seres que lo componen, incluidos los seres divinos, humanos y
animales. Fundamentalmente especulativa, y en clara deuda con el pensamiento de
Parménides de
Elea
(unidad del ser) y Heráclito, la física estoica concibe la naturaleza como
un fuego artístico en
camino de crear
. La concepción de un
cosmos
dotado de un principio rector inteligente desemboca en una visión
determinista del mundo donde nada azaroso puede acaecer: todo está gobernado por una ley
racional que es inmanente (como su logos) y necesaria; el destino no es más que la estricta cadena
de los acontecimientos (causas) ligados entre sí: «Los sucesos anteriores son causa de aquellos que les siguen, y en esta manera todas las cosas van ligadas unas a las otras, y así no sucede cosa
alguna en el mundo que no sea enteramente consecuencia de aquélla y ligada a la misma como a su
causa». (SVF, II, 945).
El azar no existe; es el simple desconocimiento causal de los acontecimientos. Si nuestra mente pudiera captar la total trabazón (conexión) de las causas podría entender el pasado, conocer el
presente y predecir el futuro. Este mundo es el mejor de todos los posibles y nuestra existencia
contribuye a este proyecto universal, por lo que, como veremos, no hay que temer al destino, sino
aceptarlo.
La moral estoica
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]
Al estar todos los acontecimientos del mundo rigurosamente
determinados
y formar parte el hombre
del
logos
universal, la
libertad no puede consistir más que en la aceptación de nuestro propio destino,
el cual estriba fundamentalmente en vivir conforme a la naturaleza. Para ello el hombre debe conocer
qué hechos son verdaderos y en qué se apoya su verdad.
El bien y la virtud consisten, por lo tanto, en vivir de acuerdo con la
razón
, evitando las pasiones
(
pathos...
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