Pensamiento político latinoamericano
Señala, asimismo, una tensión que tiene para nosotros particular importancia y que ilustra remitiéndose a un espacio metafórico muy propio de occidente: la ciudad. "De un lado, - anota Maravall - la experiencia de la ciudad real en que de hecho viven los hombres, y de otro, el anhelo de la ciudad ideal que orienta aspiraciones más o menos enérgicas de reforma. Bajoeste doble juego de ciudad empírica-ciudad ideal han vivido las sociedades europeas, por lo menos a partir de cierta época, la interna tensión de contraponer dos planos: el de las imperfecciones, insuficiencias y alienaciones de los regímenes de convivencia, en los que de hecho y por hallarlos constituidos sobre sí, han desenvuelto su coexistencia los hombres (y) el del modelo de la ciudad perfectaen el que la plenitud de realización de la vida humana se juzga posible. Este modelo actúa como eficaz término de comparación, comoparadigma con el que se confronta lo existente (…) La tensión bipolar entre lo que, de momento podemos llamar "realidad actual" y lo que podemos llamar "paradigma de futuro" (…) aparece bajo formas diferentes, desde muy temprana fecha en lahistoria de Occidente,confiriéndole ese aspecto de dinamismo que le es peculiar: los hombres se han considerado viviendo en la inestable situación de hallarse insertos en la ciudad defectuosa y piensan que les es posible reformar ese mundo que les rodea, bajo la aspiración que ejerce sobre ellos un modelo paradigmático, mentalmente proyectado" (Maravall, 1982: 27-28).
La referencia a un "paradigma de futuro" o,metafóricamente hablando, a una "ciudad ideal" que se confronta con una "realidad actual" o "ciudad real" la cual se asume como defectuosa, define con claridad un rico y vasto campo de reflexión así como indica la persistencia en la historia social de esa dialéctica, que es a su vez una tensión, entre la " sociedad real" en la que viven y actúan los hombres y la "sociedad posible" como sociedad imaginada ydeseada, entre lo real-real y lo real-posible. Cabe precisar, de una vez, que si bien es cierto esta tensión ocupa un lugar central en el discurso utópico, no lo es menos que existe en todo pensamiento político y más allá de él.
La búsqueda o construcción de la "ciudad ideal", de un mundo donde hombres y mujeres realicen plenamente su naturaleza, su destino y connivencia, es uno de los tópicos másdefinidos en el pensamiento de las sociedades modernas, tanto europeas como latinoamericanas.
El movimiento ilustrado, la Revolución Francesa de 1789 contenían y encarnaban, en los varios proyectos de sociedad en disputa, esa "ciudad ideal" de que habla Maravall. Los movimientos sociales del siglo XIX en Europa, aquellos que van de 1830 hasta 1871, son también, en un contexto ya posfeudal,intentos por liquidar, de una manera radical, la "ciudad real" e instaurar un nuevo contrato social, un nuevo pacto societal.
El socialismo y sus modalidades históricas contenían y contienen, a su vez, sus propios proyectos de sociedad, sus propias "sociedades posibles", que se articulan entre las sociedades históricas y las imaginadas.
En los movimientos artísticos y culturales se observa de igualmanera, en tanto y cuanto no se propongan explícitamente escapar de la "ciudad real"hacia mundos de naturaleza "pre-civiles", la urgencia por participar en la construcción de nuevas estéticas, que se correspondan con nuevos modelosde sociedad y de socialidad.
Así pues podemos afirmar que la política como teoría del pacto social se ha preocupado, desde sus inicios, en atender esa tensión entre...
Regístrate para leer el documento completo.