pensamiento
Las guerras de independencia política de comienzos del siglo XIX acabaron con el proyecto de reformas y modernización emprendido por los Borbones en la América española. EnSanta Marta, el fin del régimen español debió significar el comienzo de un corto período de distensión en la presión colonial sobre los pueblos indígenas del macizo serrano y de las tierras planasque lo rodean. Como en todas las áreas indígenas en que el antiguo Estado colonial no logró consolidarse, y por ello quedaron en los límites de la frontera de expansión colonial, la Sierra Nevadarecuperó su condición de marginalidad, su carácter periférico con relación a los principales centros criollos de la gobernación —Santa Marta, Valledupar y Riohacha. Por la fuerza de las circunstancias queconllevaron los cambios políticos de comienzos del siglo, todo el sistema impuesto de gobierno y control de los aborígenes serranos y de las tierras bajas de su periferia dejó de operar. A esteefecto contribuyeron, desde luego, la inestabilidad de la naciente república y el ciclo inexorable de las guerras civiles que asolaron todo el siglo XIX republicano.
La Sierra Nevada y su hinterland seaislaron entonces de nuevo, en la medida en que el macizo sale del escenario particular de la conformación y presencia de un dominio estatal sobre sus habitantes nativos. Estos últimos procesaron,por la fuerza, los cambios impuestos durante el antiguo régimen, tanto como reafirmaron los vínculos nunca perdidos con su cultura ancestral. La ausencia del Estado republicano en la Sierra Nevadadurante los primeros años de la República, permitió así la inauguración de un período breve de énfasis en la cultura tradicional aborigen —tradición que por cierto exhibe las transformaciones que lasociedad indígena serrana experimentó durante la Colonia. En suma, se trata de un reflujo en la penetración de la sociedad nacional republicana en estas "fragosísimas sierras nevadas" y en las selvas...
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