Pensamientos de una mente torturada
Queridos familiares:
Debo empezar diciendo que estas no son cartas de adiós. Por este medio me pude abrir libremente con ustedes y contarles toda la historia como realmente fue.El día negro, así es como le digo, no bote ni una lagrima, se los juro. Estaba simplemente observando como todos los hipócritas que se habían burlado de Javier, ahora estaban alrededor de su ataúdllorando a mares. Como si ir a su funeral fuese alguna clase de redención ante Dios.
Cuando la chica de largo cabello negro se levanto para decir algunas palabras no pude quedarme por más tiempo. Eraun martirio tener que escucharla, ya que solo iba a decir puras mentiras igual que las que habían pasado antes de ella. Por eso había salido del lugar, no fue para llamar la atención como había dichomi madre ni para arreglarme en el baño como aseguro mi padre. Fue para poder hablar con mi hermano en paz, porque aunque ya no estaba a mi lado yo aun lo tenía en mi corazón
-te hubieses muerto,literalmente. Al saber que todas las personas que hablan mal de nosotros están aquí.
Y asi pase todo lo que resto del funeral, recordando a mi hermano. Como debió haber sido, sin llorar, solo riendopor los buenos momentos que compartimos juntos
30 de Marzo de 1987
Queridos familiares:
Al pensar en la muerte de mi hermano me entra un vacio en el corazón y me da unaenorme pena saber que él nunca pudo hablarles con la verdad. Yo viví con el secreto de su homosexualidad, y fue lo peor del mundo para él, tal vez la muerte si fue su liberación después de todo, comotúdijiste mama
-prefiero tener un hijo muerto, que un depravado ante la iglesia
No sabes cuánto me dolió eso, y no espero que te sientas mal, porque ahora sé que estabas tan dolida como yo n esemomento. Recuerdo que te vi en la noche rezando para que Javier consiguiera paz. Al verte subí a mi cuarto y pedí lo mismo; también pedí fuerzas para poder vivir sin el. Porque él era el único que me...
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