Pensando la clínica del A.T desde una práctica situada”.

Trabajo final “Pensando la clínica del A.T desde una práctica situada”.

“Lo primero son los chicos” dijo el psiquiatra del equipo interdisciplinario que exponía el acompañamiento de una paciente de 39 años, con un diagnostico de retraso mental, madre de 3 hijos, en una delicada situación de vulnerabilidad social.
Comienzo mi ensayo con una contradicción, desde mi punto de vista, enunciadapor este psiquiatra, integrante de un equipo que había determinado como objetivo del mencionado acompañamiento, “desarrollar la función materna de la paciente”.
Dije contradicción, y con ello me refiero a la prioridad que en ese momento del discurso del médico, parecen ocupar “los chicos”, hijos de la paciente en mención. Prioridad ante la madre, que era a quien este equipo acompañaba hacía ya unosaños.
Ante esto me surgen distintas preguntas:
¿Cómo se delimitan los objetos/objetivos de un acompañamiento?
¿Con qué criterio definiría el psiquiatra en determinado momento del desarrollo del acompañamiento, que los hijos de la paciente “están primero”?
¿Es el psiquiatra, o el equipo interdisciplinario quien debería ocuparse de los niños?
Así intento delimitar los temas que pretendoabordar en el siguiente ensayo, buscando relacionar el caso expuesto con el rol que ocupa el Estado en relación a distintos pasos a seguir en la práctica clínica del acompañamiento.

En el caso que se expuso, se puede ver cómo la función del Estado determina la historia de esta mujer, en cuestiones fundamentales como son las posibilidades que tiene de acceder a una vivienda, el cuidado de sus hijos yel medio que tiene de satisfacer sus necesidades, y fundamentalmente el abordaje de la “enfermedad”, las posibilidades/imposibilidades del tratamiento que el Estado presta, ya sea en los momentos de internación, de externación, como en lo que respecta a las garantías legales de una persona bajo un diagnostico de “retraso mental y rasgos psicóticos”.
“La paciente no tenía vínculos con la familia,ni tenía vivienda”.
Me propongo indagar la primera pregunta, teniendo en cuenta que el equipo decide plantear como objetivo focalizarse en desarrollar la función materna de la paciente.
Esto me remite a pensar la supuesta neutralidad que respecta a la ética del psicoanálisis, y que en relación al lugar del acompañante es una posición un tanto más flexible. (retomar algo de la neutralidad deltrabajo anterior)
Si bien la posición del acompañante puede vislumbrar algo de sus ideales, y como dice Fenoglio respecto de la neutralidad, no podemos dejar de encarnar y transmitir una ideología, considerándola a ésta como una forma concreta de vivir,1 considero hay una distancia entre transmitir algo de lo que hace a la valores del acompañante, y definir un objetivo del acompañamiento, como esen este caso apuntar al desarrollo de la función materna de la paciente.
El objetivo del equipo de generar condiciones para que la madre ejerza su función materna, me generó la contradicción de pensar si es un supuesto que plantea el equipo según sus criterios sobre lo que para ellos sería mejor para la paciente, como un supuesto moral, o si cuando se trata del trabajo con pacientes en tal nivelde vulnerabilidad subjetiva, es necesario que el equipo tome una posición responsable y determine ciertos pasos a seguir para el desarrollo del acompañamiento, ya que aquí, no contamos con un sujeto neurótico, con una demanda, con un conflicto respecto a la apropiación de su deseo, sino de un sujeto con un alto grado de desorden a nivel subjetivo, de desorganización que se podía vislumbrar en suimposibilidad de ocupar su lugar de madre.
A medida que voy escribiendo el ensayo voy vislumbrando que mi conflicto a la hora de pensar el objetivo que se planteó el equipo, proviene de lo que significó para mí escuchar que se “plantee un objetivo”. Como si contradiría con la ética analítica pensar en la construcción de un objetivo para llevar a cabo una práctica. Al mismo tiempo esta palabra...