Pensarse como docentes
María Andrea Negrete
mnegrete@criba.edu.ar
Jorgelina Fabrizi
jorgelinafab@yahoo.com.ar
"El hecho de que el hombre sea capaz de acción significa que
cabe esperar de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo
que es infinitamente improbable" ( Baquero, 2002)
Nuestro propósito es trasmitir y compartir como psicólogas docentes losinterrogantes que, en nuestra función de enseñantes, nos plantean los estudiantes de grado que deciden ejercer la docencia y, a su vez, reflexionar sobre las posibles relaciones entre alumnos practicantes y escuela actual.
Al respecto interrogamos a la escuela a través de sus participantes y la abordamos en términos de desigualdad. Esta noción constituye un desafío para los futuros docentes debido aque deben descifrar las lógicas de los procesos sociales que vinculan en la actualidad a los alumnos y a los docentes.
Nuestro trabajo como formadoras de docentes implica plantearnos los siguientes interrogantes:
- ¿Cómo pensamos la formación docente?
- ¿Cuáles son los procesos singulares que promueven y organizan una posible relación entre ser estudiantes en formación docente yconsiderarse futuros profesores?
Comencemos, entonces, por especificar que pertenecemos a la cátedra de Psicología de la Adolescencia, que pertenece al plan de estudios de los Profesorados de la Universidad Nacional del Sur. A partir de los aportes de nuestra disciplina comenzaremos a delimitar variables que se involucran en los recorridos de la formación de los futuros docentes.
Concebimos a laAdolescencia, a través de los aportes de la Teoría Psicoanalítica desde la articulación Freud-Lacan. Siguiendo este marco teórico, planteamos la noción de adolescencia como tiempos de constitución psíquica, considerando que es a partir de la irrupción puberal que se hace imperioso el rearmado de nuevas representaciones que posibiliten el agarre del adolescente a su nuevo status. Tiempos detransformación, deconstrucción y construcción de nuevos referentes. De este modo el primer desafío consiste en advertir a los futuros docentes que trabajarán con sujetos en tiempos de constitución psíquica. Por tanto deberán crear reglas simbolizantes y organizadoras en los escenarios que vinculan a adolescentes y docentes. Estos lugares no están garantizados a priori y son necesarias operaciones que losdoten de consistencia.
De este modo, se trata de crear un sentido propio, una apropiación, un soporte que pueda ser puesto a prueba. Dicho de otra manera, algo debe suceder entre docentes y estudiantes; más allá de las herramientas teóricas, se debe poder alimentar la posibilidad de “trasmitir una pasión”, la trasmisión de un deseo de saber.
Trasmitimos nuestra experiencia como docentesinvestigadoras desde el año 2006 en proyectos de investigación que articulan adolescencia y escuela. Entre las múltiples líneas posibles para pensar la configuración actual del malestar en la institución educativa, proponemos abordar la vertiente de los imperativos del discurso capitalista neoliberal y sus repercusiones en nuestro país, lo cual nos remite a abordar temas como los territorios dedesigualdad y la separación entre favorecidos y desfavorecidos, cuestión que nos enfrenta a circuitos de vulnerabilidad y violencia cotidiana. Es impensable la constitución subjetiva por fuera del campo social, y la noción de vulnerabilidad nos conduce a pensar que un sujeto puede ser herido física o moralmente, efecto de relaciones sociales.
Keiner (2002) define la vulnerabilidad psicosocial como elgrado de fragilidad psíquica que un sujeto presenta como resultado de la carencia en o desatención de sus necesidades psicosociales básicas: seguridad afectiva, seguridad económica, protección, tiempo. Coinciden Zukerfeld y Zukerfeld (1999), Weisman (1998), y Sivak (2002), en señalar que las condiciones de vulnerabilidad resultan del interjuego de sucesos vitales de valor traumático, de la red...
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