pepe
Todo lo que me había contado Vanessa me había inquietado. ¿Lorena de verdad estaba haciendo eso? No sólo era ella quien me lo aseguraba, sino también Joy.
Caminé hacia mi casa sin dejar de pensar en Vanessa, ¿cuántos años tenía esa niña?... Le seguí dando vueltas al asunto y al final decidí ir a dónde supuestamente se encontraría mi novia con alguien más.
Desde el primermomento en el que había visto a Lorena me había gustado. Sentía algo fuerte por ella, pero seguía sin entender porqué pensaba tanto en Vane.
Por mi mente pasó el hecho de que tal vez me gustaba, pero lo eliminé de inmediato. No me podía gustar alguien cómo ella, era tan distinta a mis expectativas y además percibía algo de indiferencia hacía mí.
Las horas pasaron y salí de mi casa nuevamente parair a aquél restaurant.
Las manos me sudaban y el pensamiento no lograba de desaparecer de mi mente. En cuanto estuve frente al restaurant todo parecía menos probable. Pensé en lo que haría y después me di cuenta que aún faltaba un rato para su cita. Entre y pedí algo de comer.
Era extraño estar nuevamente solo, antes casi todo el tiempo estaba así hasta que conocí a Ricky. Ese chico deverdad me había cambiado y me había enseñado muchas cosas.
Mi mente divagó un buen rato sobre varias cosas hasta que terminé de cenar. Giré mi vista hacia la entrada y vi que efectivamente Lorena iba entrando al local. Cuidé que no me viera bajando un poco la vista. Donde ella se sentó era alejado al lugar que yo había escogido y con suerte se alcanzaba a ver.
El tiempo pasó lento mientrasveía lo que en realidad pasaba y me percaté que ni Joy ni Vane mentían. Me sentí traicionado, estúpido y no sabía qué hacer. Opté por salir discretamente.
Caminé sin rumbo un rato hasta que decidí ir a casa de Ricardo para contárselo. Estaba enojado, muy enojado y triste.
*Narrador*
Pasó el tiempo suficiente para llegar a fin de semestre. Lorena se preguntaba la razón por la cual José lehabía dejado de hablar y la había cortado; no era tonta, intuía que algo tenía que ver Joy, aunque de Vanessa, quien realmente le había soltado todo a Pepe no lo creía.
La mayoría de los amigos habían conseguido permiso para pasar el fin de semana (iniciando por Jueves) a las cabañas. Los únicos que no habían conseguido permiso habían sido Chunky, Fer y Arturo.
Entre todos se cooperaron parauna cabaña de 8 personas. Al ser nueve los que irían (Pepe, Ricky, Ongi, Kross, Bucho, Marcelo, Karla, Vane y Joy), las últimas dos optaron por compartir habitación.
–Joy, pero quiero que te quedes conmigo–. Le susurró Ricky al oído. Eso hizo que se le erizara la piel. Ella sólo negó y sonrió sonrojada–. Está bien, pero no te escaparas de mí–. Dijo mordiéndole suavemente el lóbulo de la orejacuidando de que alguien los viera. Joy se movió nerviosa en las piernas de su novio.
–Entonces nos vemos en la casa de Kross a las 7:00 am y de ahí nos vamos, ¿no?
–Sí–. Añadió Pepe sin muchas ganas. De hecho, iba al viaje para olvidarse de lo que había pasado con Lorena, está vez ni Vanessa lograba llamar lo suficiente su atención para evitar la tristeza que éste tenía.
–Ánimo wey, hay más ymejores–. Ongi le dio una palmada en la espalda.
–Lo dice alguien que sigue soltero.
–No por mucho–. Le guiñó el ojo.
A la mañana siguiente, todos, a excepción de Joy habían llegado a la hora antes dicha. Pasando por alto su retraso, Pepe, Kross y Ongi fueron a comprar cerveza. Se irían en el carro del Papá de Ricky y en el de Marcelo, éste se había quedando con las chicas a esperar a sunovia.
Se repetía en la mente muchas veces “Que venga, que venga”, mientras oía sin escuchar las cosas que comentaban Vanessa y Lorena.
–¡Aquí estoy!–. Gritó una voz a sus espaldas y él de inmediato giró para ver a su novia.
–Pensé que ya no ibas a venir–. La regañó Ricardo.
–Perdón, no sabía si ibas a recogerme o…–. Pensó un momento antes de proseguir–. Olvídalo, ya estoy aquí....
Regístrate para leer el documento completo.