Pepe

3. La poesía Durante la guerra civil se desarrolló en los dos bandos una literatura de propaganda ideológica. En periódicos y revistas, en la prensa militar y en la de las organizaciones políticas ysindicales, proliferaron las composiciones poéticas enviadas por poetas anónimos y consagrados de las diferentes generaciones en activo. Era generalmente una poesía de carácter épico que utilizó elromance para dejar constancia de la guerra e infundir ánimo a las tropas y a la población. En el bando republicano, por ejemplo, la Asociación de Intelectuales Antifascistas publicó como órgano deexpresión la revista El mono azul donde colaboraron poetas del 27 junto a otros poetas más jóvenes como Miguel Hernández, que escribió Viento del pueblo, libro emblemático de la poesía combatiente. Lavictoria del ejército franquista no acabó sólo con esta experiencia de poesía popular. La muerte, el exilio, la represión, la cárcel y la censura, que afectaron especialmente a los jóvenes poetas de ladenominada generación del 36, supusieron para la poesía española una ruptura con lo mejor de esa poesía. Ante esta realidad innegable, el régimen franquista quiso transmitir la idea de que la actividadliteraria y cultural se había normalizado tras la guerra y financió la edición de publicaciones que proyectaron una imagen idealizada de la España imperial del siglo XVI, el referente cultural delfranquismo, como las revistas Escorial y Garcilaso que constituían la llamada “poesía arraigada”, cultivada por quienes, como Luis Rosales, Leopoldo Panero o José García Nieto, se sentían conformes consu forma de vida y ofrecieron una visión optimista, presidida por un firme sentimiento religioso. Común a estos poetas, conocidos también como “garcilasistas”—como Garcilaso se consideraban poetas ysoldados al servicio de una nueva España imperial—, fue el interés por las formas clásicas, y el empleo de una expresión esteticista guiada por un afán de claridad, perfección y orden. Como contraste...