Pepe
Dghkllllkjjjjjjjjjn
Kkkjjkkl
Limpiar
Kamikaze
En su “Carta desde Bosnia”, un informe publicado en la revista New Yorker a finales del año pasado, David Rieff escribió: “Para losserbios, los musulmanes ya no son seres humanos… estando unos prisioneros musulmanes acostados en filas en el suelo en espera de sus interrogatorios, un guardián serbio condujo su furgoneta sobresus cuerpos”. Rieff vuelve luego a este tema de la deshumanización:
A un musulmán de Bosansi Petrovac… lo obligaron a cercenar a dentelladas el pene de un compañero musulmán… Si uno afirma quecierto hombre no es un ser humano sino que sólo se parece a uno, y que la única manera de reconocer que es un diablo consiste en obligarlo a bajar sus pantalones -los musulmanes son circuncisosy los serbios no- probablemente no hay más que un corto trecho, psicológicamente, hasta cortarle la verga… Nunca ha habido una campaña de limpieza étnica de la que el sadismo sexual hayaestado ausente.
La moraleja que podemos deducir de las historias de Rieff es que los asesinos y violadores serbios no piensan que violan los derechos humanos. Pues no cometen estas acciones contraotros seres humanos sino contra musulmanes. No son inhumanos, sino que discriminan entre los verdaderos humanos y los seudo-humanos. Hacen el mismo tipo de distinción que hacían los cruzadoscuando distinguían entre los humanos y los perros infieles, y que hacen los musulmanes negros entre los humanos y los diablos de ojos azules. El fundador de la Universidad, donde ahora enseño,era capaz de poseer esclavos y, al mismo tiempo, creer que era evidente que el creador había otorgado ciertos derechos inalienables a todos los hombres. Sucedía así porque se había convencido deque la conciencia de los negros, como la de los animales, “participaba más de la sensación que de la reflexión”. Como los serbios, Thomas Jefferson no pensaba que violaba los derechos humanos.
Regístrate para leer el documento completo.