Perdiendo Esperanzas

Mercy Insuasti
Edad: 15 años
10-5
Comfandi El Prado
Perdiendo Esperanzas

Perdiendo esperanzas

Para mi madre mi vida era perfecta, un esposo, un hijo y pronto un hogar en el cual servir.Era esta su única meta para con mi vida. Servir a Dios fue su tarea, servir en un hogar sería la mía.
Aun así nunca vi con buenos ojos el pasar mi vida confinada a los deseos de un hombre, a no serque fuera bueno y mereciese buenos cuidados; pero este no era mi caso, y aunque en aquel tiempo no lo supe. Ahora sé muy bien que jamás lo sería.

Era yo muy joven, no más de 17 años, y claro, yaestaba en embarazo. La noticia era motivadora y aunque de experiencia no tenía nada, no me preocupé mucho por el futuro. Al nacer mi hijo, todos mis amigos y familiares llegaron con una gran sonrisa,con las manos dispuestas a atender al pequeño y la intención de otorgarle pequeños regalos que serían muy útiles.
Pero el tiempo pasó rápido y al cabo de unos meses ya no recibía aquellas visitas ypues, claro, debía valerme por mí misma, pues no contaba con el padre del niño: Simón.
Por más esperanza que tuviese sé que sus intenciones nunca habían sido formar un hogar estable a tan temprana edad,y es que qué podría esperar de un adolescente, que apenas terminaba su bachillerato. A pesar de esto las ayudas no llegaron por parte de mis padres y
mis amigos ya no podían hacer mucho.

Decidíentonces viajar a Buga, a donde mi tía Clara. Supuse que ella me ayudaría a obtener un trabajo para poder costear los gastos de mi niño, pero no fue así, la situación cada vez era más dura; por esaciudad llegué a caminar días enteros buscando de casa en casa un trabajo, como sirvienta de ser necesario, pero al ver que tenía ya un hijo las puertas se cerraban una y otra vez.
Volví a casa, o másbien a mi pequeño cuarto, lugar donde permanecía largo tiempo sola. En mi pueblo también busqué empleo pero nuevamente las oportunidades se esfumaban. ¡Pasó mucho tiempo! Ya estaba desesperada, las...