Perfil del educadador
La formación de docentes constituye una preocupación constante en el ámbito mundial por parte de muchos investigadores y autoridades relacionadas con esta formación. Sin embargo, a pesar de algunas ideas que han venido a arrojar un poco de luz al respecto, las evidentes dificultades existentes en este terreno arrojadas por estudios realizados, muestra que se mantienen concepcioneslimitadas en los actuales planes de formación, dados por varias causas como son: la heterogeneidad de enfoques y concepciones, la desvinculación de la teoría y la práctica, el inmovilismo y las prácticas tradicionalistas, entre otras, que dan como resultado, una baja calidad en la profesionalización de los docentes.
El caso particular de la formación de profesionales para la educación de laprimera infancia está marcada también por las dificultades mencionadas, que se agudizan en este caso por el hecho de su limitación en cuanto al campo de acción, el perfil de los egresados, la corta duración de los estudios, el poco conocimiento de las particularidades psicofisiológicas y motrices de los niños de esta edad, el poco dominio de los métodos y procedimientos del trabajo con estos menores,entre otras muchas causas.
A esto se une la no concientización de las autoridades gubernamentales de la importancia de la edad de cero a seis-siete años para el desarrollo, el carácter no obligatorio de la educación de la primera infancia en muchos países, la no designación de presupuestos para esta enseñanza, incluso hasta la no comprensión de las autoridades educaciones de la necesidad deestimular el desarrollo en esta fase de la vida, que hace que en muchos lugares la misma se concrete en el mejor de los casos a los últimos años de la primera infancia, generalmente vistos exclusivamente como un período de preparación del niño para el aprendizaje escolar.
Todo ello ha redundado de manera no positiva en la formación de los profesionales para la atención y educación de los niños enestas edades, lo cual ha dificultado la creación de planes de formación verdaderamente científicos y que den respuesta a las necesidades actuales del desarrollo social y técnico, y las expectativas que el nuevo milenio plantea para la formación de las nuevas generaciones.
EL PÈRFIL DEL EDUCADOR COMO TRANSFORMADOR SOCIAL
El perfil de un profesional de la educación, y particularmente para laprimera infancia, ha de reflejar, de la manera más precisa posible, las exigencias fundamentales que la sociedad plantea al educador para que pueda dar cumplimiento a su actividad profesional, con la calidad que esto requiere, y con las expectativas que se derivan de su rol social, pero a su vez ha de establecer las condiciones personales que se requieren para poder ejercer dicha profesión.
J.Beillerot considera que el educador es aquel que posee un determinado saber, y que “en cualquier terreno es un ser excepcional por su cultura, su sabiduría, su habilidad ...“ Esa cultura, esa sabiduría, esas habilidades, deben ser en el modelo el reflejo de la actividad que de alguna manera expresa las múltiples dimensiones de su vida social como valiosa fuente del saber; las habilidades para organizary ejecutar el proceso educativo; para evaluar y autoevaluarse y someterse él mismo a la evaluación externa, así como las capacidades y cualidades que le permitan ser y sentirse el máximo responsable de la calidad de los servicios, del aprendizaje de los educandos, del significado que para ellos tenga el aprender, como lo tiene para él, el enseñar.
En la actualidad quedan pocos seguidores de laidea de que el perfil del profesional para la educación sólo tiene que ver con los conocimientos. En este sentido, A. Forner refleja una crítica en la que señala que la formación de los futuros educadores está descompensada en lo que respecta al equilibrio entre “la preparación académica (contenidos), la profesionalizadora (psico-socio-pedagógica) y toda la conciencia profesional (currículum no...
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