PERIÓDICO
La inestabilidad política hacía del país una presa fácil. Las grandes potencias mundiales, ávidas de poder, se disputaban por razones económicaslas colonias. El poder de un país era directamente proporcional a la cantidad y extensión territorial de cuantas de ellas poseía, imponiendo así su influencia y moneda.
Tras la Conferencia de Berlínde 1884-85, en la que las potencias europeas se habían repartido sus áreas de expansión en África a fin de evitar una confrontación bélica entre ellas, teóricamente los ánimos debieran haber quedadocalmados. Acuerdos similares habían delimitado territorios estratégicos en Asia y China, país cuya inminente desmembración solo impediría más tarde la I Guerra Mundial.
España se hallaba puesindefensa a merced del ansia colonizadora no solo de las potencias europeas sino también de EE.UU. que, en concreto, pugnaba por hacerse con Cuba, un apetitoso bocado por cuya adquisición suspiraban variospresidentes estadounidenses. John Quincy Adams, James Polk, James Buchanan y Ulisses Grant habían pujado sin éxito hasta la fecha. España rechazaba sistemáticamente las ofertas de compra. La posesión...
Regístrate para leer el documento completo.