Pericles
fe en la liberalidad, no vacilamos en prestar nuestra ayuda a cualquiera8.
VII
Para abreviar, diré que nuestra ciudad, tomadaen su conjunto, es
norma para toda Grecia, y que, individualmente, un mismo hombre de los
nuestros se basta para enfrentar las más diversas situaciones, y lo hace con
gracia y con la mayordestreza. Y que estas palabras no son un ocasional
alarde retórico, sino la verdad de los hechos, lo demuestra el poderío mismo
que nuestra ciudad ha alcanzado gracias a estas cualidades. Ella, en efecto,es la única de las actuales que, puesta a prueba, supera su propia reputación;
es la única cuya victoria, el agresor vencido, dada la superioridad de
los causantes de su desgracia, acepta conresignación; es la única, en fin,
que no les da motivo a sus súbditos para alegar que están inmerecidamente
bajo su yugo.
Nuestro poderío, pues, es manifiesto para todos, y está ciertamente
más queprobado. No sólo somos motivo de admiración para nuestros contemporáneos,
sino que lo seremos también para los que han de venir después.
No necesitamos ni a un Homero que haga nuestro panegírico, ni aningún otro que venga a darnos momentáneamente en el gusto con sus
versos, y cuyas ficciones resulten luego desbaratadas por la verdad de los
hechos. Por todos los mares y por todas las tierras seha abierto camino
nuestro coraje, dejando aquí y allá, para bien o para mal, imperecederos
recuerdos.
Combatiendo por tal ciudad y resistiéndose a perderla es que estos
hombres entregamosnotablemente sus vidas; justo es, por tanto, que cada
uno de quienes les hemos sobrevivido anhele también bregar por ella.
VIII
La razón por la que me he referido con tanto detalle a asuntos concernientesa la ciudad, no ha sido otra que para haceros ver que no estamos
luchando por algo equivalente a aquello por lo que luchan quienes en modo
alguno gozan de bienes semejantes a los nuestros y,...
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