periodista

A TIEMPO DE SALVARNOS
En 1945 vientos de guerra soplaban por el mundo, el aroma de la muerte tocaba la puerta de las casas, todos estábamos atentos a las noticias, expectantes, preocupados, ensilencio.
Cuando empecé a experimentar con los átomos de hidrogeno, nunca le encontré una utilidad realmente práctica, sin embargo el 6 de agosto de 1945, un hongo de humo se formaba sobre Hiroshima,una niña perdía a su padre, un hombre enviudaba, un niño veía por última vez la luz del sol, la base de mis experimentos sirvió para construir una de las armas más destructivas de la historia, otroscientíficos, habían encontrado útil, muy útil la poderosa reacción que pueden generar los átomos de hidrogeno.
Yo, Albert Einstein, el científico más conocido y popular del siglo XX, consideradounos de los hombres más brillantes de la historia, me sentí primitivo, cavernario, cerré los ojos y trague saliva, imagine guerras futuras y escuche llantos lejanos, y sentí el aroma de la soledadenvolver a mi cuerpo.
Crecí en una ciudad alemana llamada Ulm, fui un niño un tanto curioso, pero reservado, no encontraba respuestas a muchas de las preguntas que me hacia día a día, sin embargointentaba encontrar una solución práctica a cada una de ellas, cuando tenía 15 años un profesor me dijo que «nunca conseguiría nada en la vida». Pude tomar como cierta aquella frase, y quedarme ahísin hacer nada, aceptando tranquilamente el futuro que alguien más construía para mí.
Pero no, decidí reformular mi propio destino, la física y las matemáticas formaron su propio universo dentro de micabeza, y yo me sentí bien en mi mundo de números y leyes, y aprendí a dar mi mayor esfuerzo, entendí que las noches sin dormir, los días sin comer, valen la pena cuando son el puente de ingresohasta nuestros sueños, me di cuenta que cada uno tiene un genio dentro, la inteligencia no se mide en números, ni en coeficientes, la inteligencia se mide en las acciones que realizamos, en nuestra...