Perito Contador

Género e identidad femenina:
las encrucijadas de la igualdad y la diferencia
por
Dra. Reina Fleitas Ruiz
Profesora del Departmento de Sociología
Universidad de la Habana
El género es uno de los conjuntos desde el cual también se produce la integración
humana como identidad colectiva. Él no sólo repercute en los miembros que designa
como parte de esa comunidad interactiva, sino quetrasciende e impacta a otras entidades
sociales, a pesar de que la ciencia no siempre le dio valor como categoría analítica para
explicar los procesos de funcionamiento y organización de las instituciones políticas y
económicas de una sociedad.
Su nacimiento en el pensamiento social como categoría clasificatoria de las diferencias
hombre-mujer, se produce en un período en que el debate exigía unaaclaración sobre los
límites entre naturaleza y cultura para comprender la incidencia de cada uno de esos
mundos en la organización de las identidades sexuales. La polémica se desarrolló en
torno al lugar de la mujer en la sociedad y se orientaba hacia una comprensión del papel
determinante de la cultura en su ubicación como segundo sexo. El género devino
entonces un concepto que se refería atodas las construcciones o pautas culturales que
habían incidido en la formación de una identidad femenina subordinada, mientras que el
sexo quedaba para explicar los procesos biológicos diversos del ser mujer frente a los del
hombre, los cuales atenido a su carácter natural no determinaban diferencias de posición
social: “ La distinción entre sexo y género –afirma María Jesús Izquierdo- tienecomo
objetivo diferenciar conceptualmente las características sexuales, limitaciones y
capacidades que las mismas implican, y las características sociales, psíquicas, históricas
de las personas, para aquellas sociedades o aquellos momentos de la historia de una
sociedad dada, en que los patrones de identidad, los modelos, las posiciones, y los
estereotipos de lo que es/debe ser una persona,responden a una bimodalidad en función
del sexo al que se pertenezca”.1
La polémica entre lo que definía el género y lo que expresaba el sexo se desarrollaba en
un marco mayor de confrontación que abrió la perspectiva culturalista sobre el peso que
los fenómenos de la naturaleza o de la cultura tenían en la explicación de diversos
procesos de integración de lo social.
El pensamientocientífico intentaba marcar las diferencias entre el mundo como
naturaleza y la sociedad; entre las ciencias naturales y las ciencias sociales; entre todo lo
humano como biología y como creación racional.
Para el pensamiento feminista, donde el género nace como categoría explicativa de las
relaciones hombre-mujer, significó algo más. Fue la legitimación de un discurso y una
práctica en pro de laigualdad entre los sexos que develaba críticamente el

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androcentrismo de un pensamiento social sobre las diferencias, cuya apoyatura se
hallaba en un enfoque naturalista y justificativo de la explotación del género femenino.
Detrás del debate conceptual de lo genérico y lo sexual, se decidía también el dilema de
la igualdad y/o la diferencia en la interpretación de la realidad interactivaentre hombres y
mujeres.2
Como cualquier identidad colectiva, la femenina ha experimentado las vivencias de las
tensiones entre lo comunitario y lo diferente, en tanto procesos concomitantes de su
construcción. Sin embargo, es probable que en ninguna otra este proceso haya sido tan
traumático, como lento y oscilatorio, al punto que a pesar de la larga historia de luchas
emancipadoras en pro delos derechos femeninos, aún se vive una indefinición y
desorientación en el sentido que las mujeres confieren a su identidad, interpretada por
Giulia Paola Di Nicola como una situación de crisis racional:
“La reflexión contemporánea de las mujeres parece poder colocarse en el marco de una
fecunda crisis de sentido. Conscientes de los derechos a la igualdad adquirida e
impotentes para...