Peron
Enviar por mail | Imprimir
Eva Perón en Santa Fe en diciembre del año 1947. La multitud de obreros congregados en la Plaza de Mayo de nuestraciudad da cuenta de la estrecha relación que los unía.- Foto:Archivo El Litoral
Rogelio Alaniz
Una historia posible del peronismo es la que se podría escribir acerca de las tensiones entre elpoder sindical y el liderazgo político. Desde 1946 a la fecha esa contradicción estuvo presente y el propio Perón se vio en serias dificultades para resolverla. Las primeras dificultades las tuvo conCipriano Reyes; después los problemas los presentó Evita que se apoyaba en el poder sindical y creaba permanentes fricciones con las fuerzas armadas. Muerta Evita, Perón ajusta cuentas con el jefe de laCGT, José Espejo, con su cuñado, el “tarambana” de Juancito y con los exponentes más notorios de la claque organizada por su esposa.
En realidad, Perón hubiera querido un movimiento obrero más dócily más sometido a la lógica teórica de la comunidad organizada. Si los empresarios argentinos en 1944 le hubieran aceptado su propuesta de acuerdo corporativo entre propietarios y trabajadores,acuerdo corporativo que, por supuesto, lo incluía a él como mediador, es posible que Perón no se hubiera visto obligado a radicalizar con consignas combativas al movimiento obrero, único camino que ledejaron abierto los empresarios con su negativa a acompañarlo.
“Bombero piromaníaco”, calificó el historiador Alain Rouquié a este Perón que por un lado promovía el incendio social y por el otro sepresentaba como garante del orden. Han pasado más de sesenta años de aquellos acontecimientos y, sin embargo, la metáfora de Rouquié continúa iluminando con resplandor propio las singulares relaciones quepor ejemplo- han establecido los Kirchner con el movimiento obrero peronista presentándose como los únicos políticos capaces de controlarlos, una destreza que se complementa con su contrapartida:...
Regístrate para leer el documento completo.