Perraa

Doctor, como se puede evidenciar, siempre mi actuación estuvo enmarcada dentro del principio de la buena fe, de lo contrario si otra persona hubiese firmado con la papelería apropiadapara ello, hubiese puesto de manifiesto mi intención dañina y mal intencionada incurriendo eso sí en falsedad en documento público.

Tampoco hubo detrimento del patrimonioInstitucional, ya que por el contrario el docente “regaló” de muy buena fe y por su sentido de pertenencia con el plantel más del 50% del valor de su trabajo, pues se convino esta prestación deservicios con la certeza de que no se incurría en ninguna falta y mucho menos con tan bajas cuantías.

Fueron prestaciones de servicios, muy fortuitas, evidenciado esto en los lapsos detiempo entre unas y otras, en un término de tres años, como se describe en las copias de orden de pago generado por el sistema de tesorería, de las cuales ustedes tienen copias con lafirma de conformidad de quien recibe el pago en papelería entregada el 8 de Diciembre del año anterior, lo que indica que a pesar de sus tarifas no era el único en prestar sus servicios ala institución y mucho menos yo como ordenador del gasto solicitar dádivas o vender mi conciencia y dignidad por porcentajes en cifras tan precarias como las ya descritas, lo cualevidencia que no hubo dolo y más aun a sabiendas de que el docente, estaba regalando la mitad de su fuerza laboral en pro de la Institución Educativa Bernardo Uribe Londoño, por la cual tengoGran Sentido de Pertenencia, reflejado en el tiempo y entrega que le dedico.

Agradezco sus buenos oficios con este mi caso, ya que como se puede ver el quejoso bajo la figura delanónimo, esconde su mala fe y más que proteger el presupuesto Institucional como si lo hago yo, busca es perjudicarme al igual que al docente.

Un Dios le pague por su loable labor.