perrito
Por suerte, su padre intentó hacerle llevadera la pesadilla y con el correr de los días la vida se normalizó. Pero una tarde,sintió que su madre venía a visitarlo en sueños y lo llevaba junto a una puerta amarilla. ‘Debes venir conmigo’, le decía. El niño tenía terror a cruzar esa puerta, pero a veces la oscuridad deldormitorio era sobrecogedora.
Cuanto más cierta se volvió la presencia de su madre más oscura se tornó su habitación; en cuanto se apagaban las luces solamente era capaz de ver una puerta amarilla, cadavez con mayor nitidez. Quería obedecer a su madre y saber qué había del otro lado, pero cada vez que intentaba atravesar el umbral algo pasaba: el ruido de una persiana movida por el viento, la caída deuna rama, el ladrido de un perro; algo sucedía en su entorno que lo despertaba y le impedía cruzar esa puerta.
Una noche le habló a su padre de ella. ‘Son sólo sueños, no tienes que tener miedo’le dijo él. Fue justo a la mañana siguiente de esa conversación que su hijo cayó en un rotundo e inexplicable coma. Los mejores neurólogos acudieron a visitarlo pero ninguno supo dar con la causa de surepentina inconsciencia. Su padre permaneció junto a la cama del niño día y noche: hablándole, acariciándole, rogándole que no lo abandonara.
Al cabo de dos meses, abrió los ojos, y como si nadahubiera pasado le dijo a su padre que tenía mucho hambre. Él lo abrazó con entusiasmo y lo zamarreó de felicidad.
‘No recuerdo nada’, le respondía el niño cada vez que su padre intentaba descubrir...
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