Perseo
Dánae había sido encerrada por su
padre, Acrisio, en una torre, para impedir
que tuviera trato con un varón, ya que un
oráculo había anunciado a Acrisio que
moriría a manos de su nieto. Sin embargo,
Zeus se metamorfoseó en lluvia de oro y
consiguió acceder a la estancia de Dánae y
dejarla encinta.
Dánae engendró a Perseo y, al enterarse, Acrisio los arrojó al mar en un
cofre. Tras vagar durante mucho tiempo a
la deriva, llegaron al reino de Serifos, (isla
griega del mar Egeo, localizada en
las Cícladas occidentales) donde fueron
recogidos por Dictis, hermano del
gobernante de la isla, el tirano Polidectes.
Dictis fue para Perseo como un padre.
TEXTO 1
El hermano de Dictis, Polidectes, que era rey de Sérifos, se enamoró de Dánae, pero
ante la dificultad de yacer con ella porque Perseo era ya adulto, convocó a sus amigos y con
ellos a Perseo diciéndoles que reunieran regalos de boda para Hipodamía, hija de Enómao. Al
decir Perseo que no vacilaría ni ante la cabeza de la Górgona, Polidectes pidió a los demás que
buscasen caballos, pero de Perseo no aceptó caballos
sino que le ordenó traer la cabeza de la Górgona.
TEXTO 2
Ayudado por Hermes y Atenea, Perseo marchó al
encuentro de las Fórcides, Enío, Pefredo y Dino 1 ; éstas
eran hijas de Ceto y Forco, hermanas de las Górgonas,
1
Las Grayas o Greas eran tres hermanas que nacieron ya ancianas y con cabellos grises. Sus nombres
eran Dino (‘temor’), Enio (‘horror’) y Pefredo o Penfredo (‘alarma’). Tenían un solo ojo y un único diente para
todas, que compartían y usaban por turnos, durmiendo las dos a las que no les toca. Vivían en una cueva situada
muy lejos hacia el ocaso, en un lugar donde siempre era de noche. Las Grayas pueden ser comparadas con las tres hilanderas del destino, las Moiras.
viejas de nacimiento. Las tres disponían de un solo ojo y un solo diente, que compartían:
Perseo los cogió y cuando se los reclamaron dijo que los devolvería si le indicaban el camino
que llevaba hasta las ninfas.
Estas ninfas tenían sandalias aladas y la kíbisis, que al parecer era un zurrón. Píndaro, y
también Hesíodo en el Escudo, dicen de Perseo: "Toda la espalda la cubría la cabeza de un
horrible monstruo, Górgona, y la kíbisis lo rodeaba".
La kíbisis se llama así porque el vestido y la comida se depositaban en ella; las ninfas
poseían además el casco de Hades. Cuando las Fórcides hubieron encaminado a Perseo, les devolvió el ojo y el diente, y al llegar ante las ninfas obtuvo lo que buscaba. Cogió la kíbisis,
ajustó las sandalias a sus tobillos y se caló el yelmo en la cabeza; cubierto con él veía a quien
quería, pero era invisible para los demás. Con una hoz de acero recibida de Hermes llegó
volando al Océano y sorprendió dormidas a las Górgonas, Esteno, Euríale y Medusa. Ésta era
la única mortal, por eso Perseo fue enviado a buscar su cabeza. Apolodoro, Biblioteca II, 4, 2 s. (trad. M. Rodríguez de Sepúlveda, Madrid, Gredos,
1985)
TEXTO 3
A su vez Ceto tuvo con Forcis a las Grayas de bellas
mejillas canosas desde su nacimiento; las llaman Viejas los
dioses inmortales y los hombres que pululan por la tierra.
También a Penfredo de bello peplo, a Enío de peplo azafranado y a las Gorgonas que viven al otro lado del ilustre
Océano, en el confín del mundo hacia la noche, donde las
Hespérides de aguda voz: Esteno, Euríale y la Medusa 2
desventurada; ésta era mortal y las otras inmortales y exentas
de vejez las dos.
Con ella sola se acostó el de Azulada Cabellera en un
suave prado, entre primaverales flores. ...
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