Perspectivismo del quijote

 
El conocimiento de la verdad en El Quijote desde algunas posturas hermenéuticas
 
 
El problema filosófico del conocimiento de la verdad lo encontramos planteado en  la novela Don Quijote  como  un «problema infinito para el espíritu», y las implicaciones que de este se derivan pueden abarcar desde la dificultad en el  proceso hermenéutico de la historia por encontrar una verdadhegemónica y absoluta hasta la dificultad centrada en  la aprehensión perspectivamente  múltiple de la realidad como un discurso textual y  semántico en cuya superficie coexisten los símbolos.
Ortega y Gasset, en sus Meditaciones del Quijote,  desde una postura escéptica,  se opone a las pretensiones del racionalismo acerca de la existencia de una verdad absoluta, ajena a lo temporal, a locircunstancial, y afirma  justamente lo contrario: la verdad se da siempre desde las circunstancias en las que el yo se ve inmerso, desde su propio ámbito referencial. Dice Ortega:
 
Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. Benefac loco illi quo natus est, leemos en la Biblia. Y en la escuela platónica se nos da como empresa de toda cultura, ésta: "salvar las apariencias",los fenómenos. Es decir, buscar el sentido de lo que nos rodea.
 
Para Ortega la realidad es siempre captada desde las circunstancias del yo, y por lo tanto la verdad consiste en conocer  la realidad desde las circunstancias vitales en las que se halla inmerso el yo. El racionalismo pretendía obtener el conocimiento de una verdad atemporal, al margen de toda consideración concreta,(histórica, social o personal), una verdad eterna e inmutable que nos ofreciera la esencia de la realidad, proponiendo un claro alejamiento de lo concreto, de lo personal, de lo vital. El escepticismo, por su parte, según lo caracteriza Ortega, se instala en la fugacidad de lo concreto, de lo inmediato y, apoyándose en esa fugacidad, niega la posibilidad de conocer la verdad, dado que la experienciahumana sobre el tema pone de manifiesto la aparición de posturas opuestas, contrarias, y la permanente disputa entre las distintas explicaciones de lo real, lo que se toma por una prueba de que la verdad es inalcanzable. El racionalismo conduce, pues, a la elaboración de una teoría abstracta, despojada de toda referencia a lo concreto, a la vida del hombre. El escepticismo, por el contrario, renunciasimplemente a la posibilidad de elaborar una teoría.
En «El concepto de la verdad en el Quijote», en Revista de Filología Española, XXXII Americo Castro  señala la importancia fundamental de este tema para la comprensión de la novela, en  su pretensión  de presentar a Cervantes como un pensador «moderno» que  rechaza la filosofía y teología de la Contrarreforma.
Para Americo Castro  el pasaje más significativo de toda la obra de Cervantes son estas palabras que se dirigen don Quijote y Sancho:
 
Mira, Sancho, por el mismo que denantes juraste te juro, dijo don Quijote, que tienes el más corto entendimiento que tiene ni tuvo escudero en el mundo: ¡qué!, ¿es posible que en cuanto ha que andas conmigo, no has echado de ver que todas las cosas de los caballeros andantesparecen quimeras, necedades y desatinos, y que son todas hechas al revés? «Eso que a ti te parece bacía de barbero, me parece a mí yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa».
 
Americo Castro y Stephen Gilman  nos presentan a Cervantes como uno de los pensadores antiescolásticos del Renacimiento, para quien la mente humana no refleja pasivamente la realidad, sino que se vuelve«su modelador ideal». Para  Gilmen la locura de Don Quijote necesita presentar y preparar cuidadosamente las alucinaciones, requiriendo el engaño de los sentidos y  que una manifestación del parecer venga a intranquilizar la razón o a fortalecer  el engaño. Leemos en el Don Quijote, en boca del barbero:
 
Pero no es cosa extraña ver con cuanta facilidad cree este desventurado hidalgo...