Peru-pobreza urbana y rural

Perú: pobreza urbana y pobreza rural. Diferencias y convergencias
Raúl Lizárraga Bobbio El debate sobre la descentralización ha ocupado, está ocupando y seguirá ocupando los primeros lugares en las agendas del Gobierno y de importantes organizaciones sociales de nivel nacional, regional y local. Este debate permite revelar las pugnas ideológicas y los conflictos de intereses concretos entre losdiferentes agentes económicos y sociales. Permite, también, verificar la existencia de una estructura productiva y un Estado que exhiben serias fragilidades para satisfacer objetivos propios del desarrollo en su versión más integradora. El debate tiene varias puertas de entrada. Una de las más transitadas es aquella que resalta la magnitud y las secuelas de la pobreza que, en diferentes grados,ensombrece la vida de más de la mitad de la población peruana1. La hipótesis política en el debate se define en el sentido de que la pobreza pertinaz es una afrenta a los derechos humanos más sensibles, constituye un freno al crecimiento económico y opera como una enemiga irreconciliable de la democracia plena2. La discusión adquiere una escala más funcional cuando se aprecia, a través deindicadores cuantitativos3 basados en la medición de los ingresos o del acceso a bienes o servicios básicos, que la pobreza atrapa con mayor fuerza a los campesinos minifundiarios de la sierra y la selva; asociados a patrones “rurales”de vida y a productos agropecuarios de naturaleza primaria (sin mayores transformaciones). Esta imagen se refuerza cuando se incorporan en el análisis factores cualitativosentre los cuales pueden destacarse las “expectativas” de las personas, familias o comunidades sobre su futuro, su capacidad para acceder al poder y los valores culturales que sostienen. El discurso aterriza fundamentalmente en la comprobación de un régimen económico que induce a la concentración de los ingresos y de las oportunidades de progreso en pocos grupos sociales poderosos y zonas emergentes(generalmente costeras y urbanas; y dentro de ellas a Lima Metropolitana en primer término). Desde allí, la cuestión se traduce de una manera bastante simplista en la existencia irremediable de graves conflictos entre las grandes ciudades y el resto del país, calificado por su “ruralidad”. El mensaje “anticentralista” tradicional tiene esa bandera y descansa en el montaje difundido de indicadoresde diverso tipo. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD, que figura en sus Informes sobre el Desarrollo Humano del 2002, 2005 y 2006 expresa, por ejemplo, que los Departamentos con economías fundamentadas en la pequeña agricultura y ganadería tienen IDH menores que los que se acercan más a la generación de servicios, comercio, finanzas e industrias. Veamos: mientras que el IDH, formuladocon información del 20054, era para el Perú en su conjunto de 0.597; en los departamentos pintados por su carácter agropecuario los IDH eran los más bajos: Puno con 0.5468, Cajamarca con
. Más del 54% de la población es calificada como “pobre” y arriba del 20% es calificada como de “pobre extrema” (no acceden siquiera a una canasta alimentaria básica). Estos porcentajes son mucho más elevados enlas poblaciones serranas-campesinas y selváticas. 2 . En el “Informe sobre la Democracia en América Latina” del PNUD (2004) se encuentran argumentos muy sólidos sobre la colisión irreconciliable entre la pobreza y la democracia. 3 . Las metodologías mas recurridas para medir niveles de pobreza o de desarrollo son: a) la que apela a los ingresos; b) la que recurre a las “Necesidades BásicasInsatisfechas”; c) la que utiliza los “Índices de Desarrollo Humano” formulados por el PNUD. 4 . PNUD – Perú. Informe sobre Desarrollo Humano 2006: “Hacia una Descentralización con Ciudadanía”.
1

www.revistadesarrollohumano.org - Boletín Nº 34 - Julio 2007

1

0.5400, Huánuco con 0.5311, Ayacucho con 0.5280, Huancavelica con 0.4924 y Apurímac con 0.5209. Por contraste, el IDH de Departamentos...