Petr leo caro
Oscar Medina
Mientras las alzas en los precios internacionales del crudo imponen nuevos record y las principales economías del mundo muestran preocupación y adoptan medidas parareducir el consumo de petróleo, en esta media isla seguimos actuando como si nada hubiera pasado. La economía de los países que conforman el G-8 sienten los embates del petróleo, cuyos precios rebasan lossesenta dólares el barril, y los ciudadanos ejecutan planes de ahorro de energía y los gobiernos invierten en desarrollar fuentes de energía alternativa. Sin embargo, en este país dejamos losacondicionadores de aire encendidos para que los habitantes se refresquen, dejamos el motor del carro encendido en tanto esperamos en algún estacionamiento, mientras el gobierno no supera la retórica en lossupuestos planes de instalar fuentes de generación de energía alternativa. La producción de energía eólica y solar requieren de tecnología costosas, que por años han convertido prácticamente enprohibitivas cualquier inversión en esos sectores. Sin embargo, con los nuevos precios del crudo la inversión en este tipo de energía luce rentable, más aún con la posibilidad nada desdeñable de que continúeese patrón alcista del crudo hasta llegar talvez a los cien dólares que en su momento pronosticó el presidente venezolano Hugo Chávez Frías. Las campañas ciudadanas son esfuerzos válidos, y no estánde más las medidas que busquen la reducción del consumo energético de las diferentes dependencias del Estado, pero las autoridades deben ver más allá y entender que es un ciclo que no se detendrá porahora. Deben propiciar la inversión privada en estos sistemas alternativos de generación de energía y tomar medidas que aumenten considerablemente la capacidad de las centrales hidroeléctricas yaexistentes. Esto no solo contribuirá con la reducción de la factura petrolera, sino que también significará una reducción sustancial de los precios a los precios a los que hoy en día los usuarios reciben...
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