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Su condición de estilo extravagante (se definían sus motivos como ridículos, chabacanos, vulgares o absurdos) extendió el uso del término grotesco como sinónimo de tales adjetivos,incluso de lo irregular, grosero y de mal gusto. También se denomina así lo relativo a las cuevas artificiales.6 La decoración con rocalla o rocaille (en jardinería e interiores respectivamente) es propiade estilos posteriores (el Rococó del siglo XVIII). Muy anterior es la utilización de monstruos en el arte medieval (gárgolas, canecillos); mientras que la fase final del Renacimiento, el Manierismo,tiene algunos ejemplos destacados de ello (Parque de los monstruos de Bomarzo). Lo grotesco terminó por definir una categoría estética diferenciada de la idea clásica de belleza, en oposición a lacategoría de lo sublime.7
La difusión de la utilización de grutescos como decoración pictórica y arquitectónica, y en las artes menores, fue amplísima a pesar del reproche intelectual que se realizabaen contextos académicos, y que se remontaba a textos del tratadista romano Vitruvio, que ya había condenado la moda de tales ornamentos en De architectura.8 El manierista Giorgio Vasari, cuyo...
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