piedras angulares para un hogar feliz
angulares de un
hogar feliz
PRESIDENTE
GORDON B. HINCKLEY
Piedras
angulares de un
hogar feliz
PRESIDENTE GORDON B. HINCKLEY
Discurso dado por el
presidente GordonB. Hinckley
en la charla fogonera para
matrimonios llevada a cabo en el
Tabernáculo de la Manzana del
Templo el 29 de enero de 1984.
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iempre tengo presente la ternura de
mipadre hacia mi madre. Ella murió a
la edad de 50 años y durante su enfermedad,
mi padre se desvivía por atenderla y hacerla
sentir tan cómoda como pudiera. Pero esto
no fue algo que aconteció debido a la enfermedad de mi madre, sino que siempre fue
así.
En nuestro hogar de la infancia, nosotros
sabíamos, y nos resultaba evidente debido a lo
que se percibía y no a ninguna declaración,
queellos se amaban, se respetaban y se honraban mutuamente.
Que bendición ha resultado eso para nosotros. De niños nos proporcionaba una inmensa seguridad. Al ir creciendo nuestros pensamientos y nuestras acciones, se vieron inspirados por el recuerdo de aquel ejemplo.
Mi amada compañera y yo hemos estado
casados ya por más de medio siglo. También
ella tiene la bendición de haber sido criada enun hogar en el que reinó siempre un espíritu
de compañerismo, amor y confianza. Sé que
la mayoría de ustedes proviene de hogares
así; lo que es más, sé que la mayoría de ustedes vive vidas felices y llenas de amor en sus
propios hogares. Pero también hay muchas
personas, realmente muchas, que no son tan
felices.
Dificultades en el matrimonio
Confieso que me resulta difícil entender losrelatos trágicos de parejas que vienen a mí
con enormes problemas. Hablan de maltrato
físico y verbal, hablan de actitudes déspotas y
de maridos que abusan de su hombría en su
propio hogar. Hablan de violación de confianza y de ruptura de convenios. Se habla de
divorcio, se derraman lágrimas y se cae en el
desconsuelo. No hace muchos días llegó a mi
oficina la carta de una mujer que se referíalargo y tendido a sus problemas. Sumida en la
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desesperación, me preguntaba: "¿Tiene acaso
una mujer alguna esperanza de algún día llegar a ser considerada una integrante de primera categoría de esta raza humana? ¿Será
acaso siempre una pieza decorativa que se limita a actuar únicamente cuando se lo permite su amo o señor marido?"
Más adelante decía: "Paramí las respuestas
a estas preguntas ya no son importantes, pero
tengo hijas. En el caso de que una mujer pueda aspirar a algo más en la eternidad que a
estar confinada en la casa y embarazada, quisiera enseñárselo".
Se descubre en las líneas de esa carta una
amarga tragedia, y temo que haya muchas
otras personas que piensen de igual manera.
La situación es trágica debido a la diferenciaque existe entre la forma en que algunos actúan y lo que nuestro Padre Celestial desea
para sus hijas. Detrás de las palabras de esta
carta, veo la imagen de una mujer abatida,
hambrienta de cariño, lista para darse por
vencida y sin saber qué rumbo tomar. Veo la
figura de un hombre que ha fallado en sus
sagradas obligaciones, un hombre de sentimientos amargos, envuelto en el egoísmo, negandoen su forma de actuar la esencia misma
del evangelio de Jesucristo.
No dudo que tal vez ella haya tenido algo
de culpa también, pero me inclino a pensar
que el caso de él es mucho más serio.
Igualdad en el matrimonio
A los hombres que me escuchan, donde-í
quiera que se encuentren, les digo que si son
culpables de un proceder menoscabante hacia sus respectivas esposas, si tienen latendencia a actuar dictatorialmente para con
ellas, si son egoístas y abusadores en sus acciones en el hogar, si así es, deténganse y arrepiéntanse. Arrepiéntanse ahora mientras tienen la oportunidad de hacerlo.
A ustedes esposas que pasan la vida quejandose y viendo únicamente la parte negativa
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de las cosas y que sienten que no se les ama ni'¡
se les estima,...
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