Piel de asno
La magnificencia, el buen gusto y la abundancia reinaban en su palacio. Los Consejeros eran hábiles y prudentes; los cortesanos virtuosos y leales, los servidores fieles y laboriosos. Sus caballerizas erangrandes y llenas de los más hermosos caballos del mundo, ricamente enjaezados. Pero lo que asombraba a los visitantes que acudían a admirar estas hermosas cuadras, era que en el sitio más destacado un señor asno exhibía sus grandes y largas orejas. Y no era por capricho sino con razón que el rey le había reservado un lugar especial y destacado. Las virtudes de este extraño animal merecían semejantedistinción, pues la naturaleza lo había formado de modo tan extraordinario que su pesebre, en vez de suciedades, se cubría cada mañana con hermosos galeones y sickles que eran recogidos a su despertar.
Pero como las desgracias de esta vida alcanzan tanto a los reyes como a los súbditos, y como siempre las dichas están mezcladas con algunas desdichas y tragedias, el cielo permitió que ambosmonarcas muriesen en un trágico accidente, y que tan solo sobreviviese su pequeño hijo, Harry, que por aquel entonces no contaba más de un año.
La desolación fue general.
Los fastos mortuorios fueron duraderos y tristes. Se hacían encendidos votos en todos los templos del reino. Se hacían ofrendas a cambio de la vuelta de los desaparecidos esposos, tan queridos para su pueblo; pero dioses yhadas eran invocados en vano, pues incluso entre magos hay cosas que no se pueden conseguir.
Mas hasta los grandes dolores son efímeros. Y a los funerales de estado siguió el nombramiento de los duques de Dursley como tutores legales del joven Harry. Pues era el Gran Duque el hermanastro del difunto monarca, y su esposa, hermana de la fallecida madre del pequeño príncipe heredero.
Los añospasaron y los Duques gobernaban el país con mano de hierro. Los que antes eran unos súbditos dichosos y felices, ahora se encorvaban bajo el peso de agobiantes deudas y trabajos agotadores.
Harry crecía acompañado de Dudley, el hijo de sus tíos. Preparándose para heredar algún día el trono que había sido de su padre y que ahora estaba bajo la regencia de su tío. Y aunque ambos niños compartíanestudios, profesores y juegos, la diferencia entre ambos era tan notable como la que hay entre un día de sol y una noche sin luna.
Los años transcurrieron y Harry creció, pasando de ser un dulce niño a un encantador muchacho. Dudley por el contrario pasó de ser un niño terrible a un terrorífico joven que era el pesar de todos en el castillo. Y sucedió que cuando ambos muchachos contaban quinceaños, la madre de Dudley murió de forma repentina, por culpa de una caída de un caballo.
Antes de morir, mientras agonizaba en su lecho, la mujer pidió dos cosas a su marido. La primera que sobre su tumba colocase la cabeza del caballo que la había hecho caer. La segunda respecto a un nuevo matrimonio del viudo:
-Permíteme, antes de morir, que te exija una cosa, si quisieras volver a casarte...A estas palabras el regente, con quejas lastimosas, tomó las manos de su mujer, las bañó de lágrimas, y asegurándole que estaba de más hablarle de un segundo matrimonio:
-No, no - dijo por fin - mi amada esposa, háblame más bien de seguirte.
-Te ruego, por todo el amor que me has tenido, no casarte sino hasta que encuentres un consorte más hermoso y mejor que yo. Quiero tu promesa,...
Regístrate para leer el documento completo.