Pierre Bourdeiu - Lección Sobre La Lección
Lección sobre la lección
Traducción de "Flannas Kauf
EDITORIAL ANAGRAMA 13AncE1,0NA
fiado de /a 0(11C:Itill Let;on sal la let,ion c1) Les F.clitions de klinuit Paris, 1982
Lección inani4inal dictada en el College de France el riellICS 23 de abril de 1982
1)iserar de la colección: Julio vivas
Ilustración: lirio de Pierre Bourdiett. 1.) Le Norme! Obseirateur1') EDITORIAL ANAGRAMA, S.A., 2002 Pechó de la Creo, 58 08034 Barcelona ISBN: 84-339.0175.6 Depósito Legal: B. 22585-2002 Printed in Spain Liherduple S.1. Ciinstii nein, 19, 08014 Barcelona •
Una lección, aunque sea inaugural, debería poder dictarse sin preguntarnos con qué derecho: la institución está para eso, para eliminar esta interrogación, y la angustia ligada a la arbitrariedad que serecuerda en los inicios. Rito de admisión y de investidura, la lección inaugural, inceptio, realiza simbólicamente el acto de delegación a cuyo término el nuevo maestro queda autorizado a hablar con autoridad y que instituye su palabra en discurso legítimo, dictado por quien tiene derecho. La eficacia propiamente mágica del ritual se sustenta en el intercambio silencioso e invisible entre el neófito,que ofrece públicamente su palabra, y los sabios reunidos, que dan fe 7
con su presencia como cuerpo de que esas palabra, al ser recibida así por los maestros más eminentes, se vuelve universalmente válida, es decir, en el sentido fuerte, magistral. Pero más vale abstenerse de llevar demasiado lejos el juego de la lección inaugural sobre la lección inaugural: la sociología, ciencia de lainstitución y de la relación, afortunada o desafortunada, con la institución, presupone y produce una distancia insuperable, y algunas veces insoportable, y no sólo para la institución; acaba con el estado de inocencia que permite cumplir fe lizmente las expectativas de la institu. ción. Parábola o paradigma, la lección so- bre la lección, discurso que se refleja a sí mismo en el acto del discurso,poseería al menos la virtud de recordar una de las propiedades fundamentales de la sociología tal corno yo la concibo: todas las proposiciones que esta ciencia enuncia pueden y deben aplicarse al sujeto que. hace la ciencia. Cuando no sabe introducir esta distancia objetivadora, por lo tanto crítica, es cuando el sociólogo da la 8
razón a quienes le consideran una especie de inquisidorterrorista, disponible para todas las actuaciones de policía simbólico. No se mete uno a sociólogo sin romper las adherencias y las adhesiones mediante las cuales suele sentirse apegado a grupos, sin abjurar de las creencias que son constitutivas de la pertenencia y sin rechazar cualquier vínculo de afiliación o de filiación. Es decir que el sociólogo, hijo de lo que suele llamarse el pueblo y llegado a loque suele llamarse la elite, sólo puede acceder a la lucidez especial que se asocia a cualquier especie de extrañamiento social si denuncia tanto la representación populista del pueblo, que sólo engaña a sus propios autores, como la representación elitista de las élites, perfecta para engañar a ambos, tanto a los que pertenecen a ella como a los que no. Considerar que la inserción social del sabioes un obstáculo insuperable para el establecimiento de una sociología científica significa olvidar que el sociólogo encuentra armas para combatir los determinismos sociales en la propia ciencia 9
que los pone de manifiesto, con lo que por ende toma conciencia de ellos. La sociología de la sociología, que permite movilizar en contra de la ciencia que se está estableciendo los conocimientos dela ciencia ya establecida, es un instrumento imprescindible del método sociológico: se hace ciencia —y sobre todo sociblogía— tanto contra sú formación como con ella. Y sólo la historia puede librarnos de la historia. Así es como la historia social de la ciencia social, siempre y cuando se conciba a sí misma también como una ciencia de lo inconsciente, en la gran tradición de epistemología...
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