Pinocho Obra De Teatro
Pepito Grillo caminaba por la ciudad cuando lo sorprendió la noche. Un poco atemorizado buscó un sitio confortable donde dormir y vio una linda casita en cuya ventana brillaba una luz muy cálida.
El grillo se acercó deprisa a la ventana y, de un saltito, entró. (Se abre el telón).
El animalito fue a parar al taller de un viejo carpintero. Se llamaba Geppetto y aquella noche tallabaun gran trozo de madera.
Pepito Grillo se escondió detrás de una silla y observaba con sorpresa como, poco a poco, aquel trozo de madera iba tomando la forma de una marioneta.
Cuando el carpintero terminó su trabajo tuvo en sus manos un lindo muñeco.
-Te llamarás Pinocho- le dijo Geppetto, mientras lo dejaba sobre la mesa.
Y muy satisfecho con su obra, y un poco cansado por el trabajo, elviejito se fue a dormir.
Pero no bien salió Geppetto del taller, una luz brillante iluminó toda la pieza.
-¡Ay! ¿Pero qué es lo que veo?- exclamó el grillo mientras abría los ojos como platos.
Una majestuosa hada apareció junto a la mesa donde estaba Pinocho. Y una vez frente a él, le tocó la cabeza con una varita mágica y dijo:
-Pinocho, ahora podrás caminar y hablar. Y si eres bueno, algún día teconvertirás en un niño de verdad.
Y dicho esto, el hada desapareció.
De repente, Pinocho saltó de la mesa y dio un grito de alegría. ¡Podía caminar y hablar!
-¡Eh!, ¿qué haces ahí escondido?- exclamó el muñeco cuando vio a Pepito Grillo- ¡Acércate, no tengas miedo!
-Está bien- dijo el grillo a Pinocho-. Pero sólo voy a salir con una condición.
-¿Y cuál es?- le preguntó el muñeco.
-Prométemeque serás mi amigo. Por favor, decí que sí- le dijo Pepito Grillo.
-¡Claro que sí! ¡Te lo prometo, grillo saltarín!- dijo Pinocho muy contento.
(NÚMERO DE LOS JUGUETES).
¡Qué gran alegría sintió Geppetto cuando a la mañana siguiente vio a Pinocho convertido en un muñeco animado!
El viejito, que siempre había deseado tener un hijo, se acercó hasta el muñeco, y abrazándolocon ternura, le dijo:
-Pinocho, quiero que seas un hijo bueno y aplicado. Así que mañana irás a la escuela, como los demás niños de la ciudad. (Se cierra el telón y Pinocho baja la escalera).
Sucedió que al día siguiente, de camino a la escuela, Pinocho se encontró con un gato y un zorro que haraganeaban en la calle.
-¿Adónde vas?- le preguntaron.
-A la escuela- respondió Pinocho.
-La escuelaes muy aburrida, nene- le dijeron aquellos dos pillos-. Si querés divertirte de verdad, anda al teatro de títeres del barrio. Tu papá no tiene por qué enterarse.
Y Pinocho, que sólo pensaba en pasarla bien, hizo caso a aquellos dos caraduras. Así que, ni corto ni perezoso, se fue con paso alegre y decidido al teatro de títeres.
(Aparece el dueño del teatro y por detrás, Pinocho). “¡Qué muñecomás lindo!”, pensó el dueño del teatro cuando vio a Pinocho. “Lo convertiré en una marioneta muy divertida”.
Y así fue. Pinocho actuó en el teatro y tuvo un gran éxito, pero pasado un rato ya extrañaba a su papá y a su amigo el grillo.
-Por favor, señor, déjeme volver a casa- le rogó Pinocho al dueño del teatro.
-Ni hablar- le respondió-. No voy a permitir que te vayas. ¡El público se diviertemucho contigo!
Entonces, Pinocho rompió a llorar. Y tanto y tanto lloró el muñequito que sus lágrimas inundaron el teatro de títeres, y el dueño no tuvo más remedio que dejarlo marchar. (El dueño del teatro se va y Pinocho sube al escenario).
Cuando Pinocho llegó a casa, Geppetto y Pepito Grillo lo esperaban impacientes.
-Pero bueno, Pinocho ¿dónde te habías metido? ¡Estábamos muy preocupados!-le dijo su papá muy enojado.
-Humm…lo que pasa papá, es que la maestra me mandó a hacerle un mandado y se me hizo un poquito tarde – mintió el muñeco.
Pero nada más pronunciar aquellas palabras, Pinocho notó aterrado cómo su nariz empezaba a crecer y a crecer sin que lo pudiera controlar.
¡Aquello era obra del hada que castigaba a Pinocho por mentir a su padre!
Desesperado, y llorando a...
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