piratas

CAPITULO I
-Me pregunto… si las sillas vuelan. Dijo Marcus despertando.
-¡cállate! Y cepíllate la boca que huele a mil demonios.-contestó su madre Consuelo arrogantemente.
-Pero mama – dijo bostezando Marcus-acaso no vez que estoy enguayabado.
-Ojo no me doy cuenta contesto furioso- esto es un cochinero, yo crie personas no animales. No hables bobadas no esta tan mal.
-No esta tan mal- dijoConsuelo explotando-mira tu ropa interior (señalando la ventana) está toda sucia y mohosa, ¿no me dirás que te la pones así?
-Que dices mama- dijo Marcus cabeceando- si yo la lavo.
-La lavas, si nunca te pasas por el patio, solo lo haces cuanto tu caja de cigarrillos tiene un cupón dentro y olvidas sacarlo.
-No seas paranoica
- ¿Qué no sea paranoica?-Dijo Consuelo-Si tus trusas ya no sonblancas sino verdes de lo mohoso que esta. Válgase Dios-dijo recogiendo del suelo un palo con algo negro con naranja envuelto- esto (se acercó para olerlo) es carne envuelta en tocino con miel ¡AAgggggg! Huele a mil demonios.
-Mama-grito Marcus- porque no te metes en tus asuntos y me dejas en paz. La arrastro hasta el agujero de la esquina de su habitación el cual se suponía que debería ser lasalida, le arrebato a su madre el vaso con café y cerro de un portazo.
Marcus miro a su alrededor, se decepción de sí mismo, su madre tenía razón, su habitación no era un asco, él era el asco, se miró en el espejo y se sobresaltó, envejecí en una noche pensó: pero luego recato que siempre había tenido ese aspecto, era un joven por dentro pero muy viejo por fuera. Desde que fracaso como un escritor yempezó a trabajar en el periódico “el colombiano” se descuidó mucho y comenzó a beber, beber, beber y beber alcohol, al alcohol le sumo el cigarrillo. Marcus se lavó la cara, tomo un poco de café, se cambió y se dirigió a la editorial.
Al llegar a la editorial del periódico el colombiano, Marcus se dirigió a su triste puesto, su cargo era el escritor de frases. Todos los días debía escribirfrasecitas para la vida o anécdotas, él no era muy bueno en eso, lo seria si se esforzara, pero como él solo quería escribir fragmentos de noticias, y no le dieron la oportunidad así que se conformó con lo que le toco amargándose la vida y la carrera; su pequeña oficina quedaba en la parte baja del edificio.
-Buenos días, Marcus-dijo muy sonriente la recepcionista-ah hola Anlly, contesto estemalhumorado, se dirigió a su pequeña oficina, triste de sí mismo y según su estado de ánimo escribía sus mensajes o anécdotas, pocas veces estaba feliz y por lo mismo pocas veces escribía cosas felices. En su oficina debajo del escritorio, Marcus tenía botellas y botellas de cerveza vacías, al parecer hoy sería un día como los demás: un día fracasado.
-bien, es la hora de escribir… ¿Pero queescribo? No, no, no, no, no, cosas felices no ¡hay!, pero con este guayabo. Marcus pensó y pensó, pero además del dolor de cabeza que sentía lo único que se le ocurría era pensar en una silla que volaba.
Después de pensar un largo rato escribió:
…Para todos los enamorados, cuando sea su día, ojala les caiga una silla mutante voladora en la cabeza.
-¡sí!, ya está.
No era que a Marcus no le gustaratrabajar en el colombiano. Al contrario amaba ese periódico, solo que él era muy bueno haciendo críticas, pero no constructivas. Cada vez que se presentaba una oportunidad de realizar una crítica la hacía, pero destruía a quien se la hacía, lo hacía añicos.
Una vez Marcus critico al novio de una prima y ella no le volvió hablar. El deseaba más que nada en el mundo escribir alguna noticia, pero no ledaban la oportunidad.
Paso todo el mes de junio y Marcus seguía con la mala actitud, bajo su cama en casa tenia montones de recortes de periódicos; acerca del gobierno y sus gobernantes criticas poco constructivas pero de las cuales te dejan mucho que pensar.
Una mañana, ordinaria como siempre Marcus llego al trabajo, tarde como es habitual, al llegar a su pequeña oficina, encontró en elle el...