pircing
Agujerear. Perforar. Atravesar. Para los mayas había que lograr la categoría de sacerdote o guerrero para poder intervenir su rostro. Los esquimales celebrabanel pasaje de la niñez a la juventud colocando el “labret”, un aro debajo del labio inferior. Hace 4 mil años las mujeres hindúes se insertaban un anillo en la nariz para demostrarsesu fe a Parvathi, la diosa del matrimonio. Colocarse un aro en alguna parte del cuerpo es una práctica milenaria y simbólica que sigue recreándose. Por estética o por pertenencia,cada vez más gente se anima a modificar su cuerpo.
Hace unos días, la foto de un joven alemán de 23 años dio la vuelta al mundo: decidió colocarse expansores en ambas mejillas–lo que deja al descubierto sus encías, dientes y lengua– y pasó a ser “el chico de las tres bocas” (ver El chico...). En nuestro país, según referentes del sector, la colocación depiercings y expansores están casi a la par del tatuaje, que creció mucho en los últimos años a raíz de la “buena prensa” que le hicieron varios famosos, como Marcelo Tinelli.Respecto de los piercings, antes se colocaban en la nariz y en el ombligo, luego fue furor lucir un aro en la ceja y ahora cualquier lugar del rostro vale. También se perforan losgenitales, aunque su práctica sigue siendo tabú: la vulva, labios menores y mayores en la mujer, y el perineo y escroto en varones. Los expansores están más limitados y por lo prontose colocan en los lóbulos de las orejas. “Desde hace unos años la venta de accesorios e insumos para la colocación de aros y expansores está en ascenso. Podríamos decir que es másla gente que se coloca aros que la que se tatúa. Y más que la se tatúa que la que se coloca expansores”, observa Guillermo Caldentey, distribuidor y dueño del local de tatuajes
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