Pista sangrienta

PISTA SANGRIENTA
Por: Wilson Cárdenas

Si hubiese sabido lo que iría a suceder jamás lo hubiera invitado hasta aquel lugar. Jaime y yo tomábamos unas cervezas en la tienda de don Germán cuando vimos a Marcos por primera vez, nosotros que conocíamos casi a todos en el pueblo y en gran parte de sus alrededores sabíamos que era él la persona que había alquilado la antigua casa de bareque delviejo pacho que se encuentra por el camino enmarañado del antiguo matadero. Era un chico más o menos de nuestra edad, alto, un poco retraído pero de buen aspecto. No les acercamos para preguntarle si deseaba tomarse una cerveza con nosotros pero balbuseo´algo con cierta diferencia que nosotros no podemos entender, luego se detuvo y caminando hacia nosotros nos pidió disculpas y se sentó en lasbutacas de madera que don Germán tenía en el corredor de su tienda. -Es difícil confiar en la gente – dijo con cierto tono despectivo. Algo de temor e indiferencia se le notaban en los ojos, aunque ninguno de los dos dijo nada noto ´que queríamos decir ciertas cosas. Nos dijo que se llamaba Marcos, que había salido de Montería hacia Bogotá a casa de una tía hace seis años en busca de un mejor futuro,allí trato de terminar su bachillerato pero a la tía le dio por enviarlo un año para Medellín a una señora que era amiga suya desde la adolescencia y no pudo estudiar más. Las cosas en Medellín comenzaron a complicarse con la amiga de su tía y por eso es que desde hace cuatro meses vive en ese viejo rancho en medio de la nada.
Les hicimos unas invitaciones que rechazo inmediatamente, al parecer nole gustaba salir de aquel destartalado lugar al que nunca había vuelto nadie después de la muerte del viejo Pacho. Veinte días después Jaime y yo decidimos buscarlo para invitarlo a dar una vuelta por el pueblo que celebraba sus fiestas patronales, costó trabajo convencerlo pero a lo mejor estaba cansado de tanto encierro, nos tomamos algunas cervezas en el parque mientras pasaba la procesión.Jaime y yo nos encontramos con dos hermanas que el año pasado se habían graduado con nosotros en el colegio y las invitamos a la mesa. Marcos corrió también con suerte porque lo vimos interesado en una muchacha de ojos claros que iba tras el monumento de la virgen y que empezó a coquetearle mientras tomaba sensualmente un sorbo de agua de una botella plástica que saco de una mochila.
Como queríamosque se divirtieran no la arreglamos para que la invitara a quedarse con nosotros y de haber sido por él no le habría dicho ni la mas mínima palabra. La muchacha algo sonrojada acepto la invitación, dijo que se llamaba Marcela y que tenía diez y siete años y que quería estudiar medicina. Marcos y ella conversaron mucho, bueno, la verdad quien conversaba era ella, el parecía preocupado por algo queno quizo decir a pesar de la insistencia de Marcela y de nosotros que teníamos la sensación de que quería escapársele. Al final nos fuimos todos a casa. Al otro día fui a buscar a Marcos a la vieja casa para preguntarle sobre su actitud con Marcela, me dijo que por eso mismo se había venido de Medellín para el pueblo, que cuatro años y medio después de haber llegado a Bogotá conoció una joven dediez y nueve años en concierto que ofrecía la orquesta filarmónica de la universidad de Antioquia en el parque de Barrio, salieron varias ocasiones y se enamoraron. Un mes después le había contado que su familia también era de Montería, que había venido a buscar a una persona con la que tenía una deuda pendiente, que estaba en la ciudad, que su papa´ la había encontrado en Cali y que por esotendría que viajar para allá inmediatamente. Quiso preguntarle algunas cosas pero no pudo porque estaba muy nervioso, fingió estar indispuesto para podes marcharse, al día siguiente trato hacer algunas llamadas telefónicas pero fue en vano y entonces se vino para acá, estuvo dos días buscando un lugar para quedarse entonces encontró este. Marcos quiso contarme algo más pero estaba muy afligido,...