Plan de Cerda
El plano de ensanche y reforma de Barcelona, aprobado por Real Orden de 7 de junio de 1859, y la Teoría general de la urbanización, publicada en 1867.
PLAN DE CERDA (ENSANCHAMIENDO)
Este vínculo entre densidad y sobre mortalidad se estudiará desde el prisma positivista a partir de la acumulación exhaustiva de datos cuyo análisis llevará a la conclusión de la necesaria reforma yensanche de la ciudad existente como condición previa para proyectar un espacio urbano adecuado al ideal técnico de salud pública. En el caso de Barcelona, este análisis causal de la densidad y la mortalidad, que con muchas otras informaciones estadísticas se recoge en Teoría general de la urbanización, lleva a Cerda a justificar la necesidad del Plan de Ensanche, de cuya aprobación celebramos el150.º aniversario en 2009. Este cuaderno monográfico parte de esas perspectivas históricas para proponer cuatro grandes argumentos relativos al Eixample de Cerda y a su legado a Barcelona:
–En primer lugar, una contextualización del Plan de Ensanche como un proceso urbano en el que hay que considerar las herencias e inercias del momento de partida no sólo en lo que se refiere a la producción desuelo urbano de forma estricta, sino, sobre todo, en lo relativo a las vertientes social y política que van conformando el proceso de urbanización. Los artículos de Ramón Grau, Marina López y Manuel Guardia exploran estas cuestiones con mayor profundidad y nos permiten entender la complejidad que acompaña los procesos de cambio morfológico y funcional en la ciudad del siglo XIX.
Una complejidad quenos indica que no sólo cambia el espacio físico de la ciudad, sus fachadas o espacios públicos sino también la propia sociedad urbana.
–Esta presentación de la evolución del Plan de Ensanche, lejos de plantearse en términos de un plan virtuoso que, con posterioridad, es transformado o corrompido por la práctica del urbanismo, se propone, por el contrario, desde el enfoque precisamente opuesto, esdecir, el Eixample constituirá más bien un tablero de juego en el que la ciudad y su urbanismo establecerán un diálogo ininterrumpido con el Plan y sus resultados. Es muy cierto que el proceso de construcción del
Se fue orientando según criterios diferentes de los que fundamentaban las propuestas iniciales, como lo demuestra el hecho de la progresiva densificación de las manzanas y del tejidoedificado, ya bastante estudiada y conocida.
Pero no es menos cierto que el propio Cerda introdujo modificaciones en sus planteamientos, buscando siempre el máximo pragmatismo de acuerdo con el momento histórico, y que los cambios progresivos significaron la introducción de elementos y situaciones consideradas hoy como positivas. Los artículos de Joaquim Sabaté, Mercè Tatjer y Joan Roca se hacen ecode este interesantísimo debate y muestran hasta qué punto el Plan de Ensanche nos permite reflexionar no sólo sobre la ciudad pasada sino sobre la actual.
–El énfasis en la relación entre la gestión del Plan de Ensanche y la práctica del urbanismo en Barcelona cobra especial interés cuando se pretende valorar el pasado reciente de la ciudad. En este sentido, los artículos de Joan Busquets, MariaBuhigas y Salvador Rueda ensayan una visión comprehensiva sobre el urbanismo democrático que refundó la gestión urbana de la ciudad y, ya con la mirada puesta en el momento actual, ponen de manifiesto, un siglo y medio después de la aprobación del Plan, la inmensa capacidad del Eixample como una forma urbana capaz de acoger diferentes funciones urbanas, de adaptarse a nuevos programas de uso eincluso de representar percepciones sociales nuevas.
–Por último, la sección del monográfico “Propuestas/respuestas” sugiere una reflexión sobre el futuro de la metrópoli barcelonesa en el siglo XXI partiendo de la visión de largo alcance que caracteriza la reflexión de Cerdà en la Barcelona del siglo XIX. Los artículos de Juan Antonio Mòdenes, Manuel Gausa y Jordi Pascual abordan, así pues, la...
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