Plan

LOS TRES PICHONES
Eran tres pichones de pájaros carpinteros y ninguno de los tres estaba dispuesto a en manera alguna a hacer vida de pájaros. Eso de agarrarse al tronco de una palma para hacerle un agujero profundo a fuerza de martillar con el pico, no estaban en los planes de los tres pichones. La madre, por su parte, vivía confiada en que una vez avanzado el verano, cuando los tres pichoneshubieran cambiado el pulmón por la plumas, les sucederían enseguida las ganas de volar, olvidándose por tanto de sus disparatadas ideas. Pero se equivocaba la buena madre; ya los tres hermanitos tenían sus proyectos, y una mañana en la extensión de sus alas, los tres contestaros.
-Queremos ser marineros.
-¡cómo! –dijo la madre asombrada.
-¡Marineros! –dijeron los pichones a coro.
-Pero, hijosmíos, ¿a qué viene pensar de ese modo? ¿Han visto ustedes algún pájaro navegante?
-Los patos –dijeron los pichones.
-Contra, ¡sí!, pero no son marineros, son patos. Marinero es el que navega en un barco, y ningún pato va a bordo de sí mismo. En todo caso serán barcos, pero ni marineros ni patos.
-Nosotros seremos marineros –dijeron los pichones.
-Bueno, pues habrá que verlo, veremos si el alano tira más a volar que a navegar.
Y creyendo con esto que los tres pequeños plumosos se darían cuenta de sus incapacidades como navegantes, se echó al aire a buscarles la comida atravesando una nube de insectos sobre el rio. Entonces el mayor de los pichones dijo suspirando:
-Bueno, por fin se lo dijimos.
-Me alegro –dijo el segundo-, así no le mentimos ni la engañamos.
-Seremos marineros–dijo el tercero, y los tres sacaron la cabecitas del nido para mirar el río.
Sí, porque resulta que aquel año, como lo carboneros echaron abajo los arboles cerca del río, no hubo mucho tronco donde abrir el agujero y la madre tuvo que conformarse con uno abandonado de querequeté que había quedado allí, solitario en la rama de un bagá extendida sobre el río.
Y así, después que abrieron los ojos aeste mundo los tres pichones, lo primero que vieron fue el agua transparente que corría sin cesar. Quizá por eso soñaron con la navegación y los barcos, hasta que un día se hicieron la pregunta:
-¿A dónde irán los ríos, eh?
-¡Quien lo sabe! –dijo el pichón segundo, y pichón tercero dijo:
-Para mí que dan la vuelta y vuelven a pasar, porque se eta viendo que la misma agua siempre.
-¡Quien sabe!–volvió a decir pichón segundo.
Pero la respuesta verdadera no la obtuvieron hasta muchos días después cuando el viejo alcatraz que había venido a ver a los montes florecidos, se pasó en la rama de bagá.
-Bueno día –dijo el alcatraz.
-Buen día –dijeron los pichones- . ¿Qué? ¿Andan usted de paseo, señor alcatraz?
-Pues sí, dando una vueltecita. ¿y ustedes qué?
-Esperando –dijeron lospichones.
-¿A mamá?
-No, al tiempo,
A ver si crecemos y plumamos.
Buena idea
-dijo el pájaro de mar.
-Y usted señor alcatraz,
¿Vive lejos?
-Bueno –dijo el alcatraz
Dándose aires extranjeros-,
Prácticamente vivo en el mar.
-¿El mar? ¿Y eso que es?
-Preguntaron los pichones.
-Pues a dónde van los ríos.
Y el alcatraz les contó
Las maravillas del mar.
Cómo era de inmenso
Y como tenía olas ybarcos
Y peces que lo recorrían
Y cómo el viento
Llevaba su parte en todo.
Pero lo que más interesó
A los pichones fue la idea
De los barcos.
-¿Grandes así como
Un coco que navega?
-¡Ja, ja! –Río el alcatraz-.
Mil veces más grande
Que mil cocos juntos.
-¡Qué maravilla!
-Y navegan el mundo entero manejados por navegantes que trabajan y viven a bardo todo el tiempo.
-Seremosmarineros –dijeron los tres pichones
Y aquel encuentro con el viejo alcatraz seguían tan vivo y persistente en sus memorias, que ahora mismo, cuando las cabecitas contemplaban el río, carpintero tercero dijo:
-Bueno, si vamos hacer marineros de verdad lo primero es ir al mar
-Cierto –dijeron los otros.
-Y entonces, ¿a qué esperamos?
-¡Hombre!, pues a que no salgan la plumas -dijo pichón...