PLATO N Dia logos VII
IÁLOGO
VII
CARTAS
TRADUCCIONES, INTRODUCCIONES Y NOTAS POR
JUAN ZARAGOZA Y PILAR GÓMEZ CARDÓ
&
EDITORIAL GREDOS
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 162
CARTAS
INTRODUCCIÓN
1. L a CUESTIÓN DE LA AUTENTICIDAD
De las dieciocho cartas que se han atribuido a Platón,
hay que descartar por completo cinco tan evidentemente
falsas que la mayoría de los editores ni siquiera las publi
can (laúnica excepción es Hermann, que las numera del
XIV al XVIII). Las trece restantes, que forman parte del
corpus platonicum, aparecen al final de los manuscritos
antes de los diálogos apócrifos. Ya en el siglo in a. C.
el propio Aristófanes de Bizancio (Diógenes Laercio, III
61-62) las incluyó en su distribución de las obras de Pla
tón por trilogías, colocándolas en la quinta, junto con el
C ritó n yel Fedón. En la clasificación de obras platónicas
en nueve tetralogías de Trásilo, contemporáneo del empe
rador Tiberio, encontramos las cartas en último lugar, al
final de la novena tetralogía, a continuación de las Leyes
y de Epínomis. Trásilo las calificó de morales, y no es se
guro que sean las mismas que conoció Aristófanes el gra
mático. Como su colocación es arbitraria, tal vez seríame
jor agruparlas de acuerdo con las personas a las que van
dirigidas, o bien ponerlas por orden cronológico. En este
último caso, la secuencia probable sería XIII, II, XI, X,
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CARTAS
IV, III, VII, VIII, VI, prescindiendo de la I, V y IX co
mo probablemente espurias. Si las ordenamos por destina
tarios, quedarían colocadas en tres grupos:
1) Cartas a Dionisio: I, II, III y XIII.
2) Cartas aDión y amigos de Dión: IV, VII, VIII y X.
3) Cartas a distintos gobernantes y hombres de estado.
Como platónicas las conoció Cicerón, que hace refe
rencia a las Cartas VII y IX y asume para ellas la autoría
de Platón, aunque este testimonio puede no ser de mucho
peso. Plutarco en su Vida de Dión hace un uso clarísimo
de la Carta VII y hay alusiones aparentes a la IV y XIII
(Dión 21, 52, 13, 14).Le atrae especialmente la idea, con
tenida en la Carta VII, de Dionisio convertido en filósoforey siguiendo las enseñanzas de Platón, y añade algunos
detalles pintorescos a esta idea, probablemente de cosecha
propia.
También los neoplatónicos y los Padres de la Iglesia
conocían y citaban las cartas y las aceptaban como genui
nas. Nepote coincide en su Vida de Dión con Plutarco y
con la CartaVII. Luciano cita la Carta III criticando al
gunas formas de saludar. Solamente el neoplatónico Proclo
(siglo V ) rechaza las cartas dià tô haploûn tes phrâsëos.
La excepción es la Carta XII, que en algunos manuscri
tos lleva la anotación que niega su procedencia de Platon,
pero, en general, la Antigüedad aceptaba las doce restan
tes. ■
En el Renacimiento surgen las primeras dudas: Marsilio Ficinose niega a traducir la Carta XIII, al parecer
porque no la consideraba platónica. A fines del siglo xvn,
el filósofo inglés Cudworth, en su Systema intellectuale
huius universi, Londres, 1678, rechazó la misma carta co
mo falsificación hecha por los cristianos. En cambio, R.
INTRODUCCIÓN
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Bentley, treinta años más tarde, la defendía después de ha
ber demostrado la falsedad de las cartasde Fálaris.
Meiners condenó todas las cartas atribuidas a Platón,
le siguió F. Ast, y el rechazo fue general a lo largo del
siglo X IX, sobre todo con la obra de H. Karsten, con un
brillante comentario de las cartas. Tienen lugar diversos
vaivenes de opinión hasta llegar a la segunda mitad del
siglo X IX, en que se produce un cambio repentino: se acla
ran las aparentes inexactitudes históricas yla lengua se
manifiesta como la de los diálogos platónicos, obra de dis
cípulos de Platón preocupados por la propagación de la
Academia o de personas próximas a los hechos y cuestio
nes tratadas; una interpretación más precisa despejaba mu
chos obstáculos.
La Carta VII ha sido, sobre todo, objeto de nuevas
investigaciones; en una disertación básica de 1906, R. Adam
(Über die Echtheit der...
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