Pobreza

Época, sociedad y violencia.

La violencia aparece actualmente como un síntoma social, como un emergente de nuestra cultura y de nuestra sociedad, y constituye un tema que, si bien hoy empieza a visibilizarse, hasta hace unos años se mantenía oculto y funcionaba en silencio.
Para preservar la “salud” de los que están dentro del sistema es necesario marginar, asilar, des-conocer, o reconocercomo ajeno todo lo que causa angustia, todo lo que espanta y asusta.
La violencia, al igual que los chicos de la calle y la miseria, revela una falla en la sociedad, denuncia sus falencias; habla de un malestar y exige una respuesta.
La modernidad busca legitimar una forma universal de construir un nuevo futuro. Por eso, esa época provocativa y llena de replanteos también se denomino proyectomoderno.
El proyecto moderno hoy se desploma. Y es la posmodernidad, dice Lyotard, quien lo destruye y lo liquida. Esta época “post” que nos habita desmiente el ideario del proyecto e instala a cambio la lógica del trayecto.
En la Argentina el paradójico clima de una nación fracturada y empobrecida que asiste a profundas transformaciones en la sociedad, vive hoy un proceso de globalización de laeconomía: globalización que, entendida como una ampliación de las fronteras nacionales y unida a los mandatos del mercado, genera transformaciones que se manifiestan en todos los ordenes de la vida y debilitan el lazo social.

La función del Estado: el Estado argentino, a partir de la década del treinta y hasta la segunda mitad de los años sesenta, aparecía como “modernizador, revolucionario,transformador y garante de un orden”. No solo controlaba entonces grandes empresas, sino también, ejercía la función de verdadero organizador de la vida en sociedad.
Este Estado se apoyaba en tres instancias: los sindicatos, las Fuerzas Armadas y la Iglesia, aunque el poder se centraba en manos de una sola figura dominante, un líder carismático que lograba influir en todos los sectores sociales.
Esefuerte rol de impulsor del desarrollo, articulador regional, integrador social y benefactor comienza a fracturarse a partir de los años setenta por los efectos de un proceso histórico y económico de globalización. El Estado se restringe, se limita, a partir de sus programas de privatización y descentralización.
El Estado se deshace de sus tres apoyos más importantes, por lo cual se debilita, y esfácilmente desplazado por alianzas supranacionales. Lo privado avanza sobre lo publico, lo individual gana a lo colectivo y la integración es remplazada por la fragmentación social y la exclusión.

Modelos de referencia: las figuras importantes de la época moderna –denominadas por Hernández “egregias”o “príncipes”- que fijaban pautas y valores marcando paradigmas de lo posible, eran, además,visibles y, en consecuencia, transmitían modelos de comportamientos en una sociedad no masificada de los balcones abiertos en la que el único medio de publicidad era la prensa escrita.
Esas figuras, en la actualidad, se vuelven secretas, ocultas y, por lo tanto, ya no funcionan como modelos. Los nuevos personajes importantes habitan espacios alejados de la ciudad, aislados y vigilados.Constituyen la nueva clase alta, de perfil bajo y contornos borrosos, que no comparte su vida con el pueblo y, por ende, generan que esta nueva sociedad carezca de modelos a seguir.

Lazo social y creencias en la posmodernidad: el nuevo ideal individual y competitivo, propio de los países post-industrializados, contrasta con el anterior, colectivo y publico. Hoy se fomentan valores narcisistas, y términoscomo “consumidor” y “usuario” se hacen cada vez mas corrientes.
La cultura del cuerpo, con claras características hedonistas, genera nuevos espacios de encuentro y sociabilidad.
La idea de fluidez o liviandad propia de la cultura light, simboliza, por lo menos para amplios sectores medios, una síntesis de nuevos valores y formas de relacionarse con los otros. Esto lleva en muchos casos a la...